Un reciente estudio publicado en la revista Nature despertó una enorme expectativa en la comunidad científica y en el público general al revelar indicios prometedores de vida antigua en una muestra de roca marciana. Esta muestra fue recogida por el rover Perseverance, que aterrizó en Marte hace cuatro años y medio, aunque su regreso a la Tierra todavía parece una misión casi imposible.
El hallazgo coincidió curiosamente con la popularidad de “The Martian”, la película de Ridley Scott que narra la lucha de un astronauta varado en Marte, lo que generó una sensación global de unidad y esperanza en torno a la exploración del planeta rojo. En una conferencia de prensa realizada el 10 de septiembre, Sean Duffy, administrador interino de la NASA, describió la muestra como “podría ser la señal de vida más clara que hayamos encontrado jamás en Marte”.
La muestra, llamada “Cañón Zafiro”, forma parte de las 30 rocas recolectadas en la formación Bright Trail, un valle cercano al cráter Jezero donde opera Perseverance. Se trata de una lutita, un sedimento muy fino que contiene moléculas orgánicas, elementos fundamentales para la vida, aunque no necesariamente indicativos de ella, pues también pueden originarse en el polvo de cometas que cae sobre Marte.
Más allá de esas moléculas, la roca presenta unas peculiares “manchas de leopardo”, puntos oscuros y círculos con bordes marcados que crecieron dentro del sedimento. Estas manchas contienen minerales que parecen haber sido reducidos químicamente, un proceso que en la Tierra suelen realizar bacterias para extraer electrones y alimentar su metabolismo. Si estas características se observaran en sedimentos terrestres con materia orgánica, se asumiría un origen biológico, lo que hace que el hallazgo en Marte sea especialmente intrigante.
Sin embargo, existen también procesos no biológicos que podrían explicar esas señales, aunque requieren temperaturas moderadas que no parecen haberse dado en la zona donde se encontró la roca. Joel Hurowitz, autor principal del artículo en Nature, aseguró que los laboratorios terrestres intentarán replicar estos efectos sin biología ni calor para descartar o confirmar su origen.
De confirmarse un origen biológico, el hallazgo incumpliría el criterio de Knoll, que exige que una evidencia de vida sea inexplicable sin ella. En ese escenario, la presión para traer la muestra a la Tierra para estudios más detallados aumentaría considerablemente, aunque hoy esto es un gran desafío.
El desafío para traer una muestra de Marte a La Tierra
Traer una muestra de Marte no es sencillo. Requiere un vehículo que despegue desde la superficie marciana, se ponga en órbita y transfiera la carga a una nave que regrese a la Tierra. La NASA tenía planes para esta misión, pero fueron cancelados debido a los altos costos, estimados en 11 000 millones de dólares. Actualmente, la muestra permanece sellada en un recipiente de titanio en Marte, esperando futuras tecnologías para su traslado.
Alternativas privadas, como Rocketlab, aseguran poder realizar el retorno a un costo mucho menor si se consiguen nuevos fondos. Por otra parte, China también planea una misión propia para traer muestras marcianas, pero la cooperación internacional en este campo es limitada y la rivalidad espacial actual complica cualquier colaboración. Este hallazgo en la roca “Cañón Zafiro” abre una ventana fascinante hacia la posible vida pasada en Marte.