Efectivos y buzos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) activaron este lunes la desesperada búsqueda de un joven de 25 años que cayó al río Paraná, a la altura de la ciudad de Rosario, tras resbalarse desde un barranco. El hombre pescaba junto a su padre cuando perdió el equilibrio y se cayó al agua.
El momento de felicidad que compartían Adrián Ruíz y su papá se transformó abruptamente en un escenario de angustia. Las palabras del hombre de 62 años permitieron reconstruir las circunstancias del trágico accidente. Ambos partieron desde su domicilio en barrio Ludueña en bicicleta con la intención de compartir una tarde de pesca. Eligieron la zona ubicada a la altura de avenida de la Costa y Francia, en un sector conocido por la emblemática escultura Barquito de Papel, que suele atraer a pescadores aficionados y a quienes buscan distenderse a orillas del río.
Los hombres finalizaban su jornada de pesca alrededor de las 17, cuando ocurrió lo impensado en un sector denominado Parque de la Arenera, en Parque Norte. En declaraciones a la prensa local, el papá explicó: “Cuando quiso enrollar la línea perdió el paso y se fue”. La desesperación lo llevó a arrojarse inmediatamente al agua con la intención de rescatarlo, aunque no logró alcanzar a su hijo ni ponerlo a salvo. Además, detalló que el joven no sabía nadar.
Tras ser alertados, efectivos de la Prefectura Naval Argentina y de la policía provincial llegaron de inmediato al lugar. El operativo incluyó buzos especializados, embarcaciones y patrullajes por la costa y el área cercana a la escultura. Las tareas estuvieron orientadas a cubrir la mayor superficie posible en las aguas turbias del Paraná, que dificultan la visibilidad y aumentan la complejidad del rastreo.
El padre permaneció en la zona junto a allegados, acompañado por equipos de psicólogos y asistentes sociales puestos a disposición por las autoridades. En tanto, la Fiscalía local de Homicidios Culposos ordenó registros fotográficos del lugar donde desapareció el joven y el relevamiento de cámaras.
El operativo de búsqueda se extendió hasta las 20, hora en la cual la falta de luz natural obligó a suspender momentáneamente las actividades por razones de seguridad. Las fuerzas retomaron la búsqueda durante la mañana de este martes con nuevas dotaciones y recursos.
El río Paraná, peligro por fluctuaciones y corriente intensa
Las condiciones propias del Paraná, con aguas profundas y escasa visibilidad, dificultaron la intervención de los rescatistas. El jefe del operativo en el caso de Ruíz explicó que “las corrientes y el fondo fangoso complican el rastreo”, un obstáculo usual en incidentes de este tipo en el área. Además, el caudal del río registra fluctuaciones y zonas de corriente intensa, un factor de riesgo para quienes, como en este caso, carecen de conocimientos de natación o no disponen de elementos de flotación adecuados.
Dos meses atrás, y tras varios días de intensa búsqueda, personal de Prefectura Naval y de la Policía de Entre Ríos encontró los cuerpos de dos hombres que estaban desaparecidos luego de salir a pescar en un bote pequeño. La denuncia por la el desconocimiento de sus paraderos dio inicio a un operativo de rastrillaje por agua y tierra que incluyó la participación de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales y personal de Fiscalización del municipio de Victoria.
Horas antes del hallazgo de los cadáveres, las autoridades habían encontrado la embarcación en la que se movilizaban los pescadores. Estaba hundida en un sector del arroyo con unos cuatro metros de profundidad, junto a una mochila y una conservadora pertenecientes al grupo.