Mientras cada miércoles un grupo de jubilados se reúne a protestar por un aumento a sus haberes frente al Congreso nacional, un hombre de avanzada edad fue el protagonista de un inesperado robo en una dietética de la ciudad de Santa Fe. El jubilado ingresó al local, dijo que "necesitaba un préstamo" y luego le pidió "toda la plata". La empleada primero soltó una carcajada, pero el anciano sacó un arma, las amenazas escalaron y se terminó llevando unos $220.000.
Era el mediodía del miércoles pasado cuando la encargada de una dietética ubicada en General Paz al 5000, en el barrio santafesino de Sargento Cabral, comenzaba a cerrar su negocio. Un hombre de entre 70 y 80 años se presentó con apariencia inofensiva e ingresó a la tienda. "Yo necesito un préstamo. No vengo a lastimarte", dijo el hombre mayor. La empleada -sobrina de la dueña- se río. En ese momento, el jubilado sacó un arma y se convirtió en ladrón. Todo quedó grabado por las cámaras.
"Dame la plata porque yo no voy a responder de mí. Te lo juro", empezó a tensar la situación el jubilado. La joven le responde que no tiene dinero, se dirige a la caja y le da algo. "¿Cómo que no tenés nada? Algo tenés", insiste, y comienza un ida y vuelta entre ambos. Mientras el jubilado se pone una gorra, sigue con su exigencia y le remarca: "No te quiero lastimar".
El episodio se acerca a su fin cuando la mujer le asegura no tener "nada más" y le sugiere al anciano que pase él mismo a buscar plata detrás del mostrador. "Fijate ahí en el tupper... en el coso blanco", le señala ella. "¿Dónde? No vi dónde abriste", pregunta él. "Ahí, en eso que está ahí", responde. Fue en ese momento en el que la joven aprovechó la distracción, corrió hacia la puerta y salió del local. El hombre, más lento, salió detrás de ella y huyó.
El testimonio de la víctima
"Al principio me dio risa, después me puse muy nerviosa. En la caja había 10 mil pesos, tenía más y ante la insistencia se lo terminé dando. En todo momento me apuntó con el arma, me amenazó. Se puso una gorra y trajo un barbijo, pero no se lo puso. Se ve que no se dio cuenta de que había cámaras", dijo la empleada al medio local AIRE.
Cuando la joven logró salir del local pidió ayuda y el asaltante huyó en dirección hacia la calle Padilla. Luego, los vecinos intentaron seguirlo y aseguraron que lo vieron ingresar a un pasillo ubicado sobre calle Lavalle, donde perdieron su rastro. Según la denuncia, el hombre escapó con una suma total de $220.000, que era para el pago de proveedores. El autor del robo no fue identificado hasta el momento y continúa la investigación para encontrarlo.