El juez Alberto Litvack, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 56, aceptó formalmente a la familia de Diego Fernández Lima como querellante en la causa que investiga el crimen del joven de 16 años, luego del hallazgo de sus restos en un domicilio de Coghlan perteneciente a la familia de Cristian Graf. La determinación del magistrado se comunicó este martes en el marco de la investigación que se lleva adelante hace semanas, mientras analizan lo ocurrido con el joven visto por última vez en julio de1984.
La querella estará representada por los abogados Hugo Wortman Jofré y Tomás Brady, en nombre de Javier Fernández Lima, hermano de la víctima. De esta manera, al actuar como querellantes en la causa, la familia de Diego participará de forma activa del expediente. Entre las diversas acciones podrán requerir medidas de prueba, controlar el paso a paso del proceso judicial e intervenir en las diversas audiencias que se realicen.
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Cabe recordar que el juez Litvack rechazó, semanas atrás, el pedido de citación a indagatoria para Graf, quien fue apuntado como el principal sospechoso del homicidio. La solicitud había sido realizada por el fiscal Martín López Perrando, que buscaba que el acusado -excompañero de colegio de Diego- declare de manera formal en el expediente. De todas maneras, en sus argumentos, el magistrado señaló que la acusación "no cuenta con una concreta imputación bajo tal identidad del imputado"; es decir, falta una calificación legal precisa según el Código Procesal Penal de la Nación.
Para ello, se basó en el artículo 298 del Código Procesal Penal de la Nación: este establece que el juez debe informar al imputado de manera detallada sobre el hecho que se le atribuye, las pruebas en su contra y su derecho a abstenerse de declarar. Al no existir una concreta imputación, pidió que se reformule el dictamen con mayor precisión antes de expedirse sobre el fondo de la cuestión.
El caso Fernández Lima
Fernández Lima tenía 16 años cuando desapareció el 26 de julio de 1984. Su cuerpo fue hallado enterrado en el fondo de una casa ubicada en la calle Conesa al 2300, propiedad de la familia Graf, quienes aún residen allí. Las pericias del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmaron que los restos pertenecían al joven.
En su dictamen, el fiscal López Perrando sostuvo que, si bien no se pudo determinar la autoría material del homicidio, sí se acreditó que la víctima “fue asesinada y ocultada en el interior de la finca que habitó y habita” el acusado. También afirmó que Graf habría ejecutado maniobras para encubrir el crimen y desviar la investigación, incluyendo versiones contradictorias sobre el origen de los restos.
La investigación estableció que Fernández Lima y Graf fueron compañeros en la Escuela Nacional de Educación Técnica N°36 y compartían afición por las motos. Para el fiscal, esas coincidencias refuerzan la hipótesis de que el acusado conocía la existencia del cadáver en su propiedad.