Dormir sobre el lado izquierdo es una postura recomendada tanto por la medicina tradicional india, el Ayurveda, como por la ciencia moderna. Esta posición cuenta con fundamentos fisiológicos que la convierten en una de las más beneficiosas para el cuerpo durante el descanso. Uno de los principales beneficios se relaciona con el sistema linfático, cuyo drenaje principal se encuentra en el lado izquierdo del cuerpo.
Al acostarse de este modo, el organismo elimina toxinas y desechos metabólicos de manera más eficiente, favoreciendo la limpieza interna. Además, esta postura ayuda a reducir los síntomas del reflujo ácido, especialmente en quienes sufren enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). La disposición anatómica del estómago hace que, al dormir del lado izquierdo, se dificulte el retorno de los ácidos gástricos hacia el esófago, evitando molestias y ardor.
La digestión también mejora notablemente con esta posición. El contenido del estómago se desplaza más fácilmente hacia el intestino delgado, aprovechando la curvatura natural del órgano. Personas con acidez nocturna han encontrado que cambiar la postura para dormir resulta más eficaz que algunos tratamientos farmacológicos convencionales.
Por otra parte, el sistema cardiovascular se ve beneficiado al reducirse la presión sobre la aorta, lo que mejora el flujo sanguíneo. En especial, se recomienda a mujeres embarazadas dormir sobre el lado izquierdo para favorecer la circulación y el bienestar tanto de la madre como del feto.
La importancia de dormir para el bienestar general
Estudios relacionados con el sueño indican que esta postura disminuye la incidencia de ronquidos y reduce la probabilidad de episodios de apnea en determinados grupos. Para quienes les cuesta mantener esta posición durante la noche, un truco práctico es coser un bolsillo en la parte trasera del pijama e introducir una pelota de tenis, que despierta suavemente al intentar girar, ayudando a retomar el lado izquierdo.
La experiencia de miles de personas que adoptaron esta forma de dormir también muestra una mejora en la calidad del despertar y una disminución visible de la hinchazón facial. Aunque el cuerpo cambia de postura de forma natural durante el sueño, no es imprescindible permanecer toda la noche del lado izquierdo.
Sin embargo, comenzar el descanso en esta posición crea un entorno óptimo para que los sistemas internos funcionen mejor durante el periodo más importante de la recuperación nocturna. Así, esta sencilla técnica, que no requiere inversión alguna, se presenta como una de las formas más accesibles para cuidar la salud, según destacó el corresponsal en su informe.
