Qué es la “reserva cognitiva” y cómo entrenarla para resistir el avance de la edad

Los especialistas aseguran que desarrollar esta cualidad del cuerpo humano puede ser fundamental para transitar de forma saludable el paso a la vejez.

17 de octubre, 2025 | 12.02

La reserva cognitiva es la capacidad que tiene el cerebro para resistir o compensar daños provocados por el envejecimiento. La misma permite una mejor adaptación a los cambios provocados por enfermedades neurodegenerativas, procesos fisiopatológicos o envejecimiento

Este concepto fue desarrollado por el psicólogo estadounidense Yaakov Stern en el año 2002, y se define como la capacidad de adaptación de la cognición frente a los cambios cerebrales provocados por enfermedades neurodegenerativas, algún proceso fisiopatológico, o alteraciones asociadas al envejecimiento biológico. Es lo que permite sostener las funciones cognitivas a pesar de la presencia de alguna patología cerebral.

Un dato fundamental de esta capacidad, es que la misma se desarrolla a lo largo de toda la vida, la misma se fomenta practicando diversas actividades, entre las que se destacan las actividades de tipo intelectual, social, tocar algún instrumento y actividades físicas que ayuden a fortalecer las redes neuronales y a incrementar la plasticidad cerebral para adaptarse a las eventuales adversidades neurológicas que pudieran ocurrir.

La investigadora del CONICET-UBA, Wanda Rubinstein, señala que existen dos modos de aproximación al concepto de reserva en neuropsicología: "Uno hace alusión al concepto de reserva cerebral, que alude a diferencias cuantitativas como aumento de materia gris, mayor cantidad de neuronas o de redes sinápticas, es decir, aquello que permite la comunicación y transmisión de información a través del sistema nervioso. El segundo tipo de reserva cognitiva hace referencia a las diferencias en los procesos cognitivos de cada persona que permiten hacer frente, en mayor o menor grado, al daño cerebral".

Todos poseemos la capacidad de generar reserva cognitiva, solo se trata de entrenarla. El cerebro tiende a realizar las tareas cognitivas por sus caminos convencionales, así que generar desafíos cognitivos promueve la necesidad de recorrer nuevas rutas. Hay que recordar que hasta los 90 años existe la posibilidad de generar neuronas nuevas”, explica Rubinstein.

Recomendaciones para un envejecimiento saludable

La investigadora Rubinstein nos advierte que, si bien la reserva cognitiva no impedirá el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer, lo que si logrará será que en caso de desarrollar alguna enfermedad neurodegenerativa podamos adaptarnos mejor a las demandas cognitivas y que la patología de la enfermedad se manifieste más tardíamente. La reserva cognitiva no impedirá el desarrollo de estas enfermedades, pero retrasará los síntomas y, en algunos casos, la compensación logrará que la sintomatología clínica no llegue a manifestarse.

Si bien existen factores genéticos inmodificables, los especialistas indican que se puede generar este fenómeno haciendo hincapié en los factores de riesgo modificables, algunas de las recomendaciones para lograrlo son:

  • Sostener una dieta alimenticia mediterránea: priorizar frutas, verduras y pescado, por sobre las carnes rojas, harinas y alimentos ultra procesados.
  • Realizar actividad física: estos generan mayor cantidad de conexiones neuronales al aumentar la neurogénesis y fortalecer los circuitos existentes, claves para el aprendizaje y la memoria.
  • Desarrollar vida social: estar con otros e interactuar es un factor protector del desarrollo de la depresión y aislamiento social. Tener y sentir apoyo genera bienestar y ejerce beneficios en la cognición.
  • Generar desafíos cognitivos: desafíos como superarse a nivel educativo, entrenamiento musical, practicar hobbies, aprender una segunda lengua o leer. También practicar juegos de salón o de mesa y todas aquellas actividades que promuevan capacidades como la organización, la planificación o la toma de decisiones.