Cuando llegás a casa después del trabajo, ¿qué es lo primero que hacés? Aunque pueda parecer difícil de creer, los expertos en psicología aseguran que lo que hacemos cuando volvemos del trabajo determina fuertemente nuestros niveles de estrés. Es por esto que recomiendan poner en práctica ciertos rituales para desconectarse completamente al llegar a casa.
Algunas personas se cambian de ropa, otras prenden la tele para mirar un capítulo de una serie o ver una película y otras se ponen a cocinar algo para despejarse. Sin embargo, para muchas no es fácil desconectarse y olvidarse del trabajo, lo que puede derivar en estrés.
La terapeuta familiar Saba H. Lurie explica en diálogo con Real Simple que, durante la jornada laboral, nuestro cerebro está en máxima actividad y procesa información, toma miles de microdecisiones y combina la lógica con la intuición para poder funcionar. Es por esto que aprender a desconectarnos es igual de importante, para poder descansar y recargar energías.
Cómo desconectarse del trabajo al llegar a casa para evitar el estrés
1. Diseñar un ritual de cierre
No alcanza con pensar que la jornada laboral terminó. Hacer una acción concreta ayuda a marcar el cambio. Puede ser algo tan simple como cerrar las pestañas abiertas de la computadora, o bien apagarla si trabajás desde casa. Si trabajás presencial, otra opción podría ser sacarte la ropa del trabajo y ponerte algo cómodo.
2. Crear una transición física
El cuerpo también necesita señales claras para pasar de un modo a otro. Podés salir a dar una vuelta a la manzana o simplemente lavarte las manos con atención plena. Estos pequeños gestos ayudan a tu sistema nervioso a registrar que el trabajo quedó atrás.
3. Respetar límites de tiempo
Para evitar que el trabajo se meta en tu vida personal, fijá horarios claros y cumplilos. Puede ser no mirar mails después de cierta hora, o reservar un día completo de la semana como “libre de trabajo”. Esos límites entrenan al cerebro a aceptar el descanso como parte necesaria de la rutina. Al final del día, darle permiso a la mente para soltar las obligaciones es fundamental.