El chocolate es uno de los placeres más populares, pero ¿qué pasa cuando lo consumimos antes de ir a la cama? Médicos especialistas en sueño advierten que sus componentes —cafeína, teobromina y azúcar— pueden alterar el descanso nocturno y favorecer el insomnio, sobre todo en quienes ya tienen dificultades para dormir.
En un contexto donde los trastornos del sueño afectan a millones de personas en todo el mundo, el debate sobre si el chocolate ayuda a relajarse o, por el contrario, estimula de más al sistema nervioso, cobra relevancia. La discusión no es menor: dormir mal no solo genera cansancio, también impacta en la memoria, el estado de ánimo y la productividad laboral.
Por qué el chocolate puede arruinar tu sueño
El doctor Álex Ferré, especialista en medicina del sueño en Barcelona, explicó que “el chocolate puede tener un efecto negativo sobre el sueño” porque contiene cafeína y teobromina, estimulantes que retrasan la conciliación del descanso. Cuanto más negro es el chocolate, más concentración de cacao —y por ende de cafeína— aporta.
Una onza de chocolate negro puede contener entre 5 y 25 mg de cafeína, y algunas variedades llegan hasta los 160 mg, casi tanto como una taza de café. Además, su alto contenido de azúcar provoca picos de glucosa que pueden derivar en despertares nocturnos. El chocolate blanco, aunque no contiene cafeína, concentra grandes cantidades de azúcar, lo que lo vuelve igual de problemático.
Los efectos de la cafeína en el organismo
La cafeína tarda entre seis y ocho horas en metabolizarse, lo que significa que un antojo nocturno de chocolate puede afectar el descanso hasta bien entrada la madrugada. Algunos estudios indican que un 16% de la población es muy sensible a la cafeína y experimenta nerviosismo luego de consumirla, mientras que otro 35% la usa como aliada para rendir más en el trabajo.
La explicación está en la adenosina, un neurotransmisor que induce el sueño y que es bloqueado por la cafeína. Si esto ocurre, el cerebro “cree” que aún debe mantenerse activo, lo que genera un círculo vicioso: más café o chocolate para estar despierto, pero menos sueño profundo y reparador durante la noche.
¿Cuándo y cómo conviene comer chocolate?
Los expertos aconsejan reservar el chocolate para las horas del día, cuando sus efectos pueden aportar energía y concentración. Lo ideal es optar por variedades con más de 75% de cacao y bajo contenido de azúcar. Evitar los chocolates industriales rellenos o con grasas vegetales también es clave para aprovechar sus propiedades antioxidantes sin efectos adversos.
Si la tentación aparece de noche, conviene elegir alimentos que favorezcan el sueño, como cerezas, almendras, plátano o un vaso de leche tibia, ricos en melatonina y triptófano.
