En Argentina existe un pueblito al que solo se puede visitar si se pasa por Bolivia. Se trata de Los Toldos, una pequeña localidad de la provincia de Salta, que tiene menos de 3000 habitantes y es muy atractiva para el turismo.
Los Toldos cuenta con una gran historia y una geografía especial, que tiene mucho que ver con la identidad de su pueblo. Su belleza natural es extraordinaria, pero lo que más llama la atención es su ubicación, por su cercanía con Bolivia.
Dónde queda Los Toldos
Este pueblo, ubicado en el noreste de Salta, pertenece al Departamento de Santa Victoria. Está "encajonado" en un área montañosa y selvática que dificulta el tránsito, por lo cual su acceso terrestre más simple es cruzando a través de Bolivia.
La ruta más común para ingresar a Los Toldos es a través de la ciudad de Bermejo, del país vecino. Desde allí se inicia un trayecto fronterizo que termina en el pueblo de Salta. Como es casi inaccesible desde el resto de Argentina, esta localidad se ha convertido en un símbolo de la vida fronteriza, que pondera la unión entre los pueblos hermanos.
Los Toldos cuenta con menos de 3000 habitantes estables en una superficie muy amplia, aunque la zona urbana se concentra alrededor del valle principal, rodeado por montañas que están a 2500 metros sobre el nivel del mar.
Qué puede visitarse en Los Toldos
Si esta pequeña ciudad despierta tu interés, cuando la visites no podés dejar de recorrer el característico cruce fronterizo con Bolivia, que simbólicamente representa a la identidad del pueblo, y el Parque Nacional Baritú, una reserva selvática de montaña que históricamente se caracterizó por haber sido poco explorada.
Otro de los atractivos del lugar tiene que ver con la vida social, el comercio y la economía del pueblo, que están históricamente atravesados por la cercanía con la ciudad boliviana de Bermejo, dando origen a un fuerte sincretismo cultural.
Para los visitantes, Los Toldos suele ser un destino principalemente destacado por la aventura y la inmersión cultural. Cada persona que visita el pueblo se va enamorado del contacto directo con la naturaleza y de las caminatas por la selva.
La selva de montaña es de una belleza indescriptible, ideal para los viajantes y turistas que gustan de inmortalizar los momentos en fotografías. Con una biodiversidad única, atrae a quienes buscan un lugar fuera de lo común o a quienes organizan escapadas improvisadas lejos de las rutas turísticas tradicionales.
