Todos a jugar: revelan que los videojuegos potencian la inteligencia de los más chicos

Un nuevo estudio publicado por investigadores del Karolinska Institutet (Suecia) en colaboración con otras universidades, concluye que los niños de entre 9 y 10 años que juegan videojuegos más de una hora diaria experimentan un aumento medible de su coeficiente intelectual (CI).

21 de octubre, 2025 | 15.54

¿Los niños cultivan su coeficiente intelectual a través de los videojuegos? Una investigación analizó una muestra de más de 9.800 menores durante un período de dos años, ajustando factores como genética y nivel socioeconómico, y todo parece indicar que sí.

Durante ese tiempo, los participantes fueron evaluados en varias habilidades cognitivas -memoria operativa, procesamiento visoespacial, flexibilidad mental y autocontrol- y comparados con quienes dedicaban su tiempo libre a ver televisión o usar redes sociales.

El resultado: un incremento promedio de 2,5 puntos de CI entre los que jugaban videojuegos. A diferencia de otros usos de pantallas, esta actividad sí mostró un efecto positivo.

Qué metodología siguieron y qué hallaron

El estudio se apoyó en la cohorte ABCD (Adolescent Brain Cognitive Development), una de las más amplias de su tipo en Estados Unidos, aunque los investigadores involucrados trabajan en Europa. La muestra incluyó más de 9.855 niños inicialmente evaluados, de los cuales más de 5.000 fueron seguidos activamente durante dos años.

Se categorizó el uso de pantallas en tres bloques: videojuegos, televisión/videos y redes sociales. Los niños que superaban la media de una hora diaria de videojuegos mostraron mejoras sustanciales frente al resto. La investigación controló variables como la inteligencia inicial, el entorno familiar, la escolaridad de los padres y otros factores que suelen sesgar este tipo de estudios.

Además de los 2,5 puntos promedio de CI, los resultados indicaron que los videojuegos favorecen habilidades como:

  • La memoria operativa, por tener que retener información relevante en juego.

  • La flexibilidad cognitiva, al adaptarse a nuevos retos o cambios rápidos de estrategia.

  • El autocontrol, al esperar recompensas o planear acciones varias jugadas adelante.

Matices, limitaciones y recomendaciones

Aunque los resultados son sólidos, los autores advierten que no pueden afirmar una causalidad directa total: aunque jugar videojuegos se asocia a mejoras, otros factores aún pueden influir. También destacan que el aumento de “2,5 puntos de CI” es moderado y debe entenderse como “una diferencia real pero pequeña”.

No todos los juegos tendrán el mismo efecto, y lo importante parece ser el uso activo e interactivo, no solo el tiempo frente a la pantalla.

Como recomendaciones prácticas para padres y educadores:

  • Fomentar juegos que requieran resolución, planificación y movimiento cognitivo, en lugar de solo consumo pasivo.

  • Controlar el tiempo de uso, especialmente en edades tempranas, para que no derive en sedentarismo o aislamiento.

  • Acompañar la experiencia de juego con conversación y reflexión sobre lo aprendido durante la partida.

Este estudio reformula de forma significativa la relación entre videojuegos y desarrollo infantil: lejos de verlos únicamente como un pasatiempo cuestionado, pueden formar parte de estrategias de aprendizaje y estimulación cognitiva, siempre que su uso sea consciente.