En Argentina, el delito informático creció de manera sostenida durante el último año, y las autoridades recomiendan extremar precauciones frente a cualquier comunicación sospechosa. Detectar una estafa a tiempo puede marcar la diferencia entre un susto y una pérdida económica real.
Paso 1: identificá las señales de alerta
La mayoría de las estafas en WhatsApp comparten un mismo patrón: apelan a la urgencia, la confianza o la sorpresa. Si un mensaje te genera dudas, prestá atención a estos indicios:
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Números desconocidos o con prefijos internacionales poco comunes.
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Solicitudes de dinero, transferencias, contraseñas o códigos de verificación.
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Enlaces abreviados o con errores ortográficos evidentes.
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Promesas de premios, sorteos o descuentos excesivos que exigen completar formularios o compartir datos.
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Mensajes que imitan el estilo de bancos, empresas o familiares, pero con detalles sutiles diferentes (por ejemplo, nombres mal escritos o logos distorsionados).
Paso 2: comprobá antes de responder
Nunca respondas de inmediato ante un mensaje sospechoso. Antes de hacerlo:
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Verificá si el contacto realmente pertenece a quien dice ser: buscá su perfil oficial o llamá por otro medio.
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No compartas códigos de verificación: es el método más común para tomar control de tu cuenta.
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Evitá abrir enlaces que no provengan de fuentes confiables.
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Si el mensaje llega de una empresa, ingresá al sitio web oficial para confirmar la información.
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Utilizá las funciones de “Reportar” o “Bloquear” si confirmás que se trata de un fraude.
Paso 3: reforzá tu seguridad digital
Además de estar atento a los mensajes, hay medidas que fortalecen la seguridad de tu cuenta:
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Activá la verificación en dos pasos de WhatsApp: agrega una capa de protección con un PIN.
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Revisá regularmente los dispositivos vinculados y cerrá sesiones desconocidas.
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Actualizá el sistema operativo y la app para contar con los últimos parches de seguridad.
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No compartas públicamente tu número de teléfono en redes sociales o sitios de compraventa.
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Enseñá estas pautas a familiares o personas mayores, que suelen ser el blanco más frecuente de los estafadores.
Estar alerta, desconfiar de lo que parece demasiado bueno y tomarse unos segundos para verificar puede evitar una gran pérdida. En tiempos donde los fraudes se disfrazan de mensajes cotidianos, la mejor defensa es la prevención y el sentido común.