La organización Médicos por los Derechos Humanos-Israel (PHRI) informó que identificó 17 médicos de Gaza —y 80 trabajadores médicos en total— están arrestados en Israel sin cargos ni juicios incluso después de la liberación por parte de Israel de casi 2.000 prisioneros y detenidos palestinos al comienzo del alto el fuego. Además de las condiciones precarias de las prisiones, no tienen contacto con el exterior, salvo las esporádicas visitas de sus abogados, sufren violencia, negligencia médica y hambruna. Una situación que ya provocó la muerte de varios detenidos.
El caso del doctor Hussam Abu Safiya, director del Hospital Kamal Adwan, que está detenido desde diciembre de 2024, tuvo gran atención pública. Sin embargo, eso no contribuyó a su liberación.
Otros de los médicos identificados es Abu Teima, quien era director del pabellón quirúrgico del Hospital Nasser hasta que las fuerzas israelíes lo detuvieron durante una redada en el centro de salud en febrero de 2024.
Según un reportaje del medio israelí 972, solo se le permite ver a su abogado cada seis meses. Luego de su última reunión, a principios de octubre, el letrado le informó a su familia que Teima perdió 25 kilos, es golpeado a diario, le niegan su medicación para la presión arterial y le dicen que "nunca lo liberarán".
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Al momento de su arresto, Abu Teima vivía con su esposa, Arwa, y sus nueve hijos en el Hospital Nasser, junto con muchas otras familias del personal médico. La ofensiva de Israel tras el 7 de octubre de 2023 había destruido su hogar en Khan Younis y creían que el hospital les ofrecería cierta protección contra los ataques aéreos.
No fue hasta agosto de 2024, con la ayuda de PHRI, que recibieron la confirmación de que se encontraba recluido en la prisión de Ketziot, en el sur de Israel. Su primer contacto indirecto, a través de un abogado, se produjo tres meses después, es decir, casi nueve meses después de su arresto.
Omar Ammar, ginecólogo jubilado de 67 años y uno de los encargados de popularizar el uso de la prueba de Papanicolaou para detectar el cáncer de cuello uterino en Gaza, también aparece en el listado PHRI. A diferencia de los demás médicos detenidos durante la redada del ejército israelí en el Hospital Nasser, Ammar desapareció en marzo de 2024 mientras el ejército rodeaba Khan Younis.
Su esposa, Jihan, y sus hijas se enteraron de que estaba detenido solo cuando lo reconocieron en una foto que circulaba en las redes sociales: un grupo de hombres palestinos desnudos, con los ojos vendados y arrodillados en una gran piscina vacía, custodiados por soldados israelíes.
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Jihan tardó meses en confirmar su paradero. Según el testimonio que Ammar prestó a PHRI en octubre de 2024, ocho meses después de su arresto, había sido trasladado entre tres centros antes de ser recluido en la prisión de Nafha, en el Néguev/Naqab, donde permanece desde junio.
Gracias a la Cruz Roja, que la puso en contacto con PHRI, Jihan pudo conseguir un abogado, quien se reunió con Ammar en dos ocasiones. El abogado informó que perdió 25 kilos, se le está cayendo el pelo y pese a que tiene sarna, no le proporcionan ropa limpia. La prisión de Nafha no ofrece jabón; los detenidos son atacados por perros guardianes y se les despierta deliberadamente cada dos o tres horas durante la noche.
Jihan y sus tres hijos fueron desplazados 15 veces desde el comienzo de la guerra y ahora viven en una tienda de campaña en Deir Al-Balah. Ambas hijas sufren de presión arterial baja y perdieron más de 10 kilos cada una. Ella padece diabetes, hipertensión y problemas cardíacos crónicos, y lleva meses sin poder acceder a sus medicamentos habituales.
Los hospitales de Gaza en crisis
Arwa, la esposa Abu Teima, es ginecóloga. Tras el arresto de su marido, vive con sus hijos en una tienda de campaña en Khan Younis y cada vez le cuesta más subsistir. Los médicos de Gaza no reciben salarios fijos desde el comienzo de la guerra y solo tiene pagos puntuales esporádicos cada dos o tres meses.
“Perdemos a un niño en el hospital cada día por falta de equipo”, contó Ahmad Al-Farra, jefe del pabellón pediátrico y de maternidad del Nasser, a +972. Los medicamentos para la diabetes, la hipertensión y el hipotiroidismo escasean. El hospital se quedó sin tubos de ensayo para análisis de sangre, y sus unidades de cuidados intensivos funcionan sin equipos de infusión esenciales.
Aunque comenzó a ingresar más comida en Gaza desde el alto el fuego, los alimentos básicos como carne, leche, huevos y productos frescos siguen siendo prácticamente inexistentes, explicó Al-Farra, Y a pesar del aumento de pacientes que llegan de hospitales cerrados en el norte, Nasser no recibió suministros médicos adicionales.
