Nueva denuncia a Israel por crímenes de guerra contra los palestinos

Human Rights Watch detalló en un informe que fuerzas israelíes desplazaron por la fuerza a 32.000 palestinos en la Cisjordania ocupada. La acusación coincide con el aumento de los ataques de los colonos en la región.  

20 de noviembre, 2025 | 16.16

Human Rights Watch denunció que la expulsión por parte de Israel de decenas de miles de palestinos de tres campos de refugiados de Cisjordania a principios de 2025 constituye crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. La Organización no gubernamental también reclamó medidas internacionales urgentes para que los funcionarios israelíes rindan cuentas y evitar nuevos abusos. Además, destacaron que forman parte de los crímenes de lesa humanidad de apartheid y persecución.

La ONG de derechos humanos afirmó que unos 32.000 residentes de los campamentos de Jenin, Tulkarm y Nur Shams fueron desplazados por la fuerza por las fuerzas israelíes durante la "Operación Muro de Hierro" en enero y febrero. Según el informe de 105 páginas de la organización, titulado "Todos mis sueños se han desvanecido", a los desplazados se les impidió regresar y cientos de viviendas fueron demolidas.

"Diez meses después de su desplazamiento, ninguno de los residentes de la zona ha podido regresar a sus hogares", sostuvo Melina Ansari, investigadora de Human Rights Watch que trabajó en el informe, en diálogo con Reuters. El ejército israelí declaró el último miércoles a Reuters que necesitaba demoler la infraestructura civil para evitar que los militantes la utilizaran y no especificó cuándo podrían regresar los residentes.

Los Convenios de Ginebra prohíben el desplazamiento de civiles de territorios ocupados, salvo temporalmente por razones militares imperativas o por su seguridad. Por este motivo, HRW remarcó que los altos funcionarios responsables deberían ser procesados ​​por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

El informe describe cómo los soldados irrumpieron en viviendas, saquearon propiedades y ordenaron la evacuación de las familias mediante altavoces instalados en drones. Además, los residentes denunciaron que las excavadoras demolieron edificios mientras huían y que las fuerzas israelíes no ofrecieron refugio ni ayuda, lo que obligó a las familias a hacinarse en casas de familiares o buscar refugio en mezquitas, escuelas y organizaciones benéficas.

Hisham Abu Tabeekh, quien fue expulsado del campo de refugiados de Jenin, dijo que su familia no pudo llevarse nada consigo cuando fueron expulsados. "Estamos hablando de no tener comida, ni bebida, ni medicinas, ni gastos... estamos viviendo una vida muy dura", resaltó.

Por su parte, el ejército israelí no respondió a las preguntas sobre los llamamientos de HRW a imponer sanciones, ni sobre si los altos funcionarios deberían ser procesados ​​por crímenes de lesa humanidad.

32.000 residentes de los campamentos de Jenin, Tulkarm y Nur Shams fueron desplazados por la fuerza por las fuerzas israelíes durante la "Operación Muro de Hierro" en enero y febrero.

Aumentaron los ataques de Israel en Cisjordania

Tras los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023, las fuerzas israelíes asesinaron a casi 1.000 palestinos en Cisjordania, ampliado las detenciones sin juicio, demolido viviendas y acelerado la construcción de asentamientos, mientras que la violencia de los colonos y la tortura de los detenidos se dispararon. 

La ONG entrevistó a 31 palestinos desplazados de los tres campamentos y analizó imágenes satelitales, órdenes de demolición y videos verificados. También constató la destrucción o graves daños de más de 850 estructuras, mientras que una evaluación de la ONU cifró la cifra en 1.460 edificios. Los campamentos, establecidos en la década de 1950 para los palestinos desplazados tras la fundación de Israel en 1948, habían albergado a generaciones de refugiados.

La violencia de los colonos aumentó drásticamente en las últimas semanas: colonos israelíes llevaron a cabo al menos 264 ataques contra palestinos. Según informó Naciones Unidas, se trata del mayor total mensual desde que los funcionarios de la ONU comenzaron a registrar este tipo de incidentes en 2006.|

El grupo calificó las expulsiones de limpieza étnica, término que describió como una expresión no jurídica comúnmente utilizada para describir la expulsión ilegal de una población étnica o religiosa de una zona específica por parte de otro grupo.

Human Rights Watch afirmó que, en respuesta, funcionarios israelíes escribieron que la operación tenía como objetivo lo que denominaron elementos terroristas, pero no dieron ninguna razón para las expulsiones masivas ni para la prohibición de retorno.

Israel cita vínculos históricos y bíblicos con Cisjordania, territorio que capturó durante la guerra de 1967, y afirma que los asentamientos proporcionan profundidad estratégica y seguridad. Sin embargo, gran parte de la comunidad internacional considera que todos los asentamientos son ilegales, siguiendo el lineamiento del derecho internacional.

Israel rechaza esta postura, afirmando que Cisjordania es territorio "en disputa" y no "ocupado".

HRW instó a los gobiernos a imponer sanciones selectivas contra funcionarios y comandantes israelíes, suspender la venta de armas y los beneficios comerciales, prohibir los productos procedentes de los asentamientos y hacer cumplir las órdenes de la Corte Penal Internacional.