La alfombra de baño de tela es una decoración tradicional pero cada vez pierde más protagonismo en los hogares. Aunque durante décadas fue un accesorio básico del baño, hoy su uso comienza a ser reemplazado por alternativas más higiénicas, modernas y sustentables. Precisamente, hay un modelo en particular que se ve más seguido en casas de decoración y tableros de Pinterest.
Se trata de la alfombra de madera de bambú, la opción preferida de quienes buscan renovar sus espacios con estilo y funcionalidad. Las alfombras de tela en todas sus variedades, aunque cómodas, acumulan humedad con facilidad, generan malos olores y requieren lavados frecuentes. Al estar en contacto constante con el agua, se transforman en un ambiente ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Además, muchas veces pierden su color y forma con el paso del tiempo, y se convierten en un ítem de difícil mantenimiento en la rutina diaria.
Como contracara, la alfombra de bambú representa una solución elegante y eco-friendly. Su superficie rígida y natural no absorbe la humedad como las versiones textiles, se seca en cuestión de minutos y puede limpiarse fácilmente con un trapo húmedo. Además, al estar fabricada con un material renovable y resistente, ofrece una opción duradera, antideslizante y estéticamente armónica con baños modernos, de estilo minimalista o zen.
Este tipo de alfombra no solo aporta una sensación de orden y limpieza, sino que también suma puntos en términos de diseño. Su textura natural y tonos neutros se adaptan fácilmente a cualquier decoración, mientras promueven una atmósfera relajante, similar a la de un spa.
Cómo cuidar tu alfombra de bambú para evitar la humedad y los hongos
Aunque las alfombras de bambú son más higiénicas que las de tela, es importante seguir ciertos cuidados para mantenerlas en buen estado. Se recomienda colocarlas en superficies bien ventiladas y evitar que queden en contacto constante con charcos de agua. Luego de cada uso, lo ideal es secarlas con un paño o levantarlas momentáneamente para permitir que el piso se airee. Una limpieza periódica con un trapo húmedo y vinagre blanco ayuda a prevenir la acumulación de humedad y mantiene alejados a los hongos y bacterias.
Sin embargo, también es importante barnizarlas o pasarles laca para generar una capa protectora y evitar que el agua penetre en la madera, generando hongos y humedad.