Los celulares son uno de los dispositivos más usados a nivel mundial en la actualildad, ya que la vida personal y laboral de la gran mayoría de las personas está atravesada por ese artefacto. En ese sentido, este producto suele acumular mugre y suciedad con el correr de los días, que muchas veces pasa inadvertida para su dueño.
Al apoyarlo en distintos lugares y usarlo con las manos sucias, la superficie del celular se contamina fácilmente y puede transferir gérmenes a la cara o a otras partes del cuerpo. Además, la suciedad se acumula en ranuras, parlantes y puertos, afectando el funcionamiento del dispositivo, por eso hay que limpiarlo con productos adecuados y paños de microfibra.
Tomar recaudos al limpiar el celular es fundamental porque el uso de productos inadecuados, exceso de líquido o métodos agresivos puede dañar sus componentes. Sustancias como alcohol en altas concentraciones, limpiadores con amoníaco o aerosoles pueden corroer la pantalla o filtrarse por entradas como el puerto de carga o los parlantes, afectando el funcionamiento interno.
Trucos para limpiar el celular y que siempre esté impoluto
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Paño adecuado: lo ideal es una gamuza de microfibra porque limpia sin rayar. Evitá servilletas, papel de cocina o ropa vieja, ya que pueden dejar pelusas o generar microarañazos en la pantalla.
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Limpieza en seco primero: antes de usar cualquier líquido, pasá el paño para sacar polvo, migas o grasitud superficial. Esto evita que esos restos se arrastren y rayen el vidrio cuando humedecés.
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Alcohol isopropílico diluido: usá una mezcla suave (por ejemplo, mitad agua destilada y mitad alcohol isopropílico). Siempre aplicalo en el paño, nunca directamente sobre el celular, para no dañar sensores ni circuitos.
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Evitar ranuras mojadas: los puertos de carga, micrófonos, parlantes y bandejas SIM son zonas muy sensibles. Al limpiar, rodealas con cuidado y no permitas que entre humedad en esos espacios.
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Funda y vidrio: retirarlos cada tanto evita la acumulación de polvo y hongos. Limpiá la parte interna de la funda y pasá un paño por el celular donde estuvo cubierta, especialmente los bordes.
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Secado rápido: después de limpiar, pasá otra microfibra seca o dejá unos segundos al aire. Si queda humedad, pueden formarse manchas o filtrarse gotas en los botones.
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No soplar ni usar aire fuerte: soplar con la boca mete saliva y los aerosoles potentes empujan el polvo hacia adentro. Si querés limpiar ranuras, usá hisopos ligeramente secos o pinceles suaves.
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Manos limpias: muchas manchas vienen del uso diario con crema, grasa de comidas o sudor. Lavarte las manos antes o no usar el celular mientras cocinás ayuda a ensuciarlo menos.
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Guardado correcto: apoyarlo boca arriba sobre superficies limpias y evitar bolsos o mochilas sucios previene rayones y exposición a bacterias. Mejor si lo guardás en un bolsillo interno o funda cerrada.
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Rutina corta: limpiarlo cada pocos días evita que se forme una capa pegajosa difícil de sacar. Un repaso rápido y frecuente es más eficaz que una limpieza profunda esporádica.