Encontraron restos del "humano más pequeño" y cambió todo lo que se sabía sobre la evolución

Un grupo de científicos confirmó el hallazgo de un nuevo resto fósil que destapa una nueva faceta de la evolución del hombre y da mucho qué hablar. 

20 de octubre, 2025 | 13.46

Un equipo de científicos ha anunciado un hallazgo que promete cambiar el libro de la evolución humana tal como lo conocíamos. En el yacimiento de Mata Menge, en la isla de Flores (Indonesia), se ha descubierto un fragmento de húmero junto con piezas dentarias que pertenecieron a homínidos de apenas cerca de 1 metro de estatura, cuya antigüedad estimada ronda los 700.000 años

Estos restos pertenecieron al "hombre más pequeño" que se registró en la evolución humana. El hallazgo incluyen dientes y un hueso del brazo de un supuesto adulto sugieren que estos seres, posiblemente antecesores del Homo floresiensis, eran incluso más pequeños que los hobbits hallados previamente en la cueva de Liang Bua, también en Flores.

Mientras que los restos de H. floresiensis modernos databan de entre 60.000 y 100.000 años atrás, estos nuevos fósiles se remontan a casi siete veces esa antigüedad. El húmero en cuestión ha sido calificado como “el hueso más pequeño de la parte superior del brazo conocido en el registro fósil de homínidos”, un hallazgo que plantea nuevos interrogantes sobre cómo, dónde y por qué surgieron estos diminutos homínidos.

Un cambio en la historia de la evolución del hombre: por qué este descubrimiento es tan importante

Este hallazgo no solo extiende el tiempo de existencia de estos enigmáticos “hobbits” hacia atrás, sino que también cuestiona el modelo lineal tradicional de evolución humana. Si estos homínidos miniatura ya existían hace 700.000 años, significa que la ruta evolutiva de nuestra especie y de otros homínidos puede haber sido mucho más compleja, con ramificaciones y adaptaciones insulares que no habíamos considerado.

Además, la presencia de estos individuos diminutos en una isla y su ubicación tan antigua refuerza hipótesis sobre la insularidad como factor evolutivo clave, donde la presión ecológica, el aislamiento y la escasez de recursos podrían haber favorecido tamaños corporales reducidos. Así, Flores y su yacimiento de Mata Menge se erigen como laboratorio natural para entender este fenómeno.