En pleno centro porteño existe un pasaje cargado de historia y con un diseño ideal para ser contemplado por los amantes de la arquitectura francesa de época. Se trata del Pasaje La Piedad, ubicado en la calle Bartolomé Mitre entre Montevideo y Paraná, que te hace sentir como si estuvieras en la pintoresca ciudad de Montmartre.
A pocas cuadras del Congreso Nacional y ocho del Obelisco se encuentra este rincón poco conocido de Buenos Aires, un pasaje curvo que rompe con la estructura tradicional de las calles porteñas. Su diseño en forma de herradura lo diferencia de cualquier otro en la ciudad.
Este lugar conserva detalles arquitectónicos únicos, como puertas originales de madera y herrería del siglo XIX, que contrastan con el movimiento del centro porteño. Con más de cien años de existencia, el Pasaje La Piedad fue escenario de rodajes y fuente de inspiración literaria. Actualmente, mantiene sus 114 viviendas ocupadas y un teatro que lleva su nombre, que abre solo en momentos especiales y atesora historias de grandes artistas argentinos.
La influencia italiana se hace visible en los edificios que conforman este pasaje, compuesto por tres sectores con viviendas que se asoman directamente a la calle empedrada. Para mantener la calma de sus residentes, los ingresos fueron cerrados con rejas, medida que también reforzó la seguridad del lugar. Su nombre rinde homenaje a la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad del Monte Calvario, ubicada justo frente a la entrada.
Este rincón ha sido testigo de momentos destacados de la cultura nacional y refugio de figuras emblemáticas. Entre sus antiguos vecinos se destacan Juan D’Arienzo, Miguel Caló, Enrique Carreras y Andrés Percivale. Incluso se comenta que Jorge Luis Borges encontró en la particular atmósfera del pasaje una fuente de inspiración literaria.
Otro pasaje histórico para visitar en la Ciudad de Buenos Aires
Con rincones que parecen sacados de pequeñas ciudades europeas, Buenos Aires esconde lugares que sorprenden por su elegancia y encanto histórico. Entre esas joyas se encuentra un pasaje que invita a caminar sin apuro, a sacar fotos y a disfrutar de la calma urbana como si fuera un viaje a otro país.
Se trata del Pasaje Suizo, situado en Vicente López 1661, en pleno barrio de Recoleta. Su arquitectura con reminiscencias italianas y su mezcla de cultura e historia lo convierten en un punto ideal para quienes recorren la zona o visitan la ciudad. Caminarlo es una experiencia imperdible tanto para turistas como para porteños curiosos.
