Se difundieron datos locales sobre la adopción y el uso de Inteligencia artificial (IA) en Argentina y Uruguay. El informe fue elaborado por FUNDAR y el CEPE de la Universidad Torcuato Di Tella, con información recopilada en agosto y septiembre de 2025 mediante una encuesta nacional sin precedentes que incluyó a 1589 participantes. La investigación indagó en varios aspectos clave: quiénes usan IA, para qué la emplean, su impacto en la vida diaria, las barreras para su incorporación y las regulaciones necesarias.
También se analizó el porcentaje de empresas que aplican estas tecnologías, los sectores involucrados y el liderazgo en su desarrollo. Los resultados muestran que, aunque la adopción de IA es temprana, es desigual y condicionada por factores como la edad, el nivel educativo y los ingresos. Un 45,5% de los encuestados afirmó usar herramientas de IA para fines personales, mientras que un 21,8% está considerando incorporarlas próximamente.
Daniel Yankelevich, director del Área de Datos de Fundar, explicó en una entrevista que "hasta ahora no había información local confiable" y destacó la importancia de repetir estos estudios para profundizar el conocimiento. "El uso de IA varía según factores sociales y económicos propios del país, y sin datos sólidos es difícil definir estrategias y políticas públicas adecuadas", remarcó ante La Nación.
Por otra parte, Yankelevich criticó la falta de un plan nacional concreto para la inteligencia artificial: "Lo que citan como plan es un documento que nunca fue aprobado ni puesto en práctica. Un plan no es una presentación, es algo vivo y real". Además, señaló que los gobiernos recientes formaron mesas sobre IA que terminaron en documentos distintos entre sí, sin continuidad ni aplicación real.
En cuanto al uso personal de IA generativa, Argentina muestra un nivel avanzado. En 2025, la adopción se sitúa en niveles similares o superiores a los de economías desarrolladas. Por ejemplo, mientras en Estados Unidos la tasa de adopción de ChatGPT entre adultos creció del 18% en marzo de 2023 al 34% en marzo de 2025, en Argentina el uso personal alcanza el 45% en adultos y un 64% en la generación Z.
Sin embargo, el uso laboral de IA es menor en comparación: solo un 27,5% de los argentinos la utiliza para trabajo, frente a un 40% en Estados Unidos. La adopción se concentra en los jóvenes con mayor educación e ingresos, evidenciando una brecha digital importante.
Por nivel educativo, un 61,7% de quienes tienen estudios universitarios completos usa IA en su día a día, contra un 29,5% de quienes tienen secundaria incompleta o menos. En términos de ingresos, el 58,9% de personas con alto nivel económico emplea estas herramientas, mientras que solo un 29,7% de quienes tienen ingresos bajos lo hacen.
Curiosamente, la brecha de género es reducida y ligeramente favorable a las mujeres, con un 48,2% frente a un 43,1% en varones. Por generaciones, la adopción más alta se da en la generación Z (63,9%), seguida por millennials (45%), generación X (38,4%) y boomers (29%).
En cuanto a los usos más frecuentes, la IA generativa se emplea para buscar información, asistir en tareas diarias, generar contenidos creativos o de entretenimiento, y traducir o resumir textos. También un 20,3% la utiliza para conversación libre o apoyo terapéutico, a pesar de las advertencias de profesionales de salud.
Datos sobre las plataformas de IA más utilizadas en Argentina
Respecto a las plataformas, ChatGPT domina con un uso del 77,8% entre usuarios de IA, seguido por Gemini (38,6%) y Meta AI (26,2%). Las soluciones especializadas aún tienen baja presencia. En el ámbito laboral, la tendencia es similar: ChatGPT lidera con un 73,7%, seguido por Gemini (36,4%), Meta AI (20,2%) y Copilot (12,2%). No obstante, tanto usuarios como empresas prefieren versiones gratuitas; solo un 6,2% de empresas pagan por estas herramientas, mayormente mediante suscripción.
Las preocupaciones sobre la IA también están presentes. La ética, privacidad y seguridad son el principal foco de inquietud (39,6%), seguido por el temor a la pérdida de pensamiento crítico y creatividad (31,8%) y la posibilidad de perder empleos (20,6%). Otros temas como desinformación, sesgos y presión laboral tienen menor peso.
