Nació un cóndor en el Ecoparque de Palermo: las fotos de la bebé, cuánto pesó y cuándo será liberada

El Ecoparque del barrio de Palermo está de festejo por el nacimiento de una condorita. Los detalles sobre la nueva especie que nació en cautiverio.

23 de octubre, 2025 | 12.34

El Ecoparque anunció el nacimiento de Samay, una nueva condorita nacida en cautiverio. Los detalles sobre la nueva especie que se suma a los cuidados de especialistas y el plan para liberarla a su hábitat natural.

El pasado 17 de octubre nació  en el Ecoparque Samay, que en quechua significa “aliento de vida”, y la noticia salió a la luz en las últimas horas, en una publicación que reunió fotos y videos de la condorita. "Es hija de Eluney y Sagta, dos cóndores rescatados que no pueden volar por sus lesiones, y pesó apenas 188 gramos al nacer, tan pequeña que entra en la palma de una mano", remarcó un comunicado de redes sociales.

"Nació casi por completo sola, solo fue asistida al final, como harían sus padres en la naturaleza, y ya dio sus primeros pasos en la nursery del Ecoparque, donde controlamos la temperatura y la humedad para simular el interior de una cueva. Para alimentarla, usamos títeres que representan al macho y la hembra, así evitamos que se acostumbre al ser humano, y para que pueda desarrollarse como un cóndor nacido en silvestría", agregaron desde el Ecoparque. "Su nombre, aliento de vida, resume lo que representa: una nueva esperanza para esta especie emblemática de los Andes", sumaron.

El plan para liberar a Samay a su hábitat natural

Por otra parte, el Ecoparque reveló que ya se encuentra planeando la liberación de Samay a su hábitat natural: "Si todo sigue bien, Samay se sumará a la bandada de cóndores jóvenes sin experiencia de vuelo para ser liberada en 2026".

En la actualidad, el Ecoparque del barrio de Palermo solo tiene algunas especies como jirafas, ñandúes, camellos, hipopótamos, focas, maras, monos, un puma, búfalos, tapires, lemures y flamencos. Otros animales como los leones, elefantes y rinocerontes pudieron ser reubicados en santuarios o murieron en cautiverio, como el caso de Winner, el último oso polar que habitó allí y falleció por un golpe de calor en la Navidad del 2012.