Cada tanto, un mito revive con fuerza en la cultura popular. Esta vez le toca a los duendes: esos seres diminutos, narigones y revoltosos que desde la Edad Media alimentan historias de bosques encantados, casas embrujadas y travesuras nocturnas. Para muchos, una simple fantasía. Para otros, parte de una creencia tan arraigada como misteriosa.
En Argentina, la duendóloga Liliana Chelli sostiene que no solo existen, sino que conviven entre nosotros para proteger, destrabar energías y sanar lo que la medicina no puede: el alma. Su nombre resuena en radios, teatros y hasta camarines de actrices icónicas como Moria Casán o Thelma Biral. En varias entrevistas contó su vínculo con estos “elementales” empezó cuando era niña y, desde entonces, jamás la abandonó.
De cuentos y bosques a camarines de teatro
La Real Academia Española define al duende como un “espíritu fantástico, con figura de viejo o de niño, que habita casas y causa estruendos”. Desde Irlanda —con los famosos leprechauns— hasta leyendas latinoamericanas, su figura es casi siempre la misma: bajitos, orejudos, verdes y esquivos. Se dice que viven 500 años, dominan la magia y deciden cuándo, dónde y a quién mostrarse.
Para Chelli, no todo es cuento. Ella se autodefine como “duendóloga” y asegura que trabaja con estos seres como aliados espirituales. Reveló que muchos famosos guardan pequeños gnomos y brujitas “activadas” por ella en sus casas y camarines. “Ahí yo coloco el espíritu verdadero del elemental. Convoco al duende, veo cuál quiere ir con cada uno, se declara y va”, explicó en una entrevista en La Nación.
Entre la ciencia y la fe
Para la mayoría, hablar de duendes es rozar la fantasía o, en todo caso, la superstición. No hay evidencia científica de su existencia, más allá de relatos orales, mitos y testimonios. Sin embargo, Chelli defiende su trabajo al mezclar tradición, misticismo y hasta recursos tecnológicos como la cámara Kirlian, capaz de capturar “el aura” de personas y objetos.
En su canal de YouTube Duendes y Portales Mágicos o cada viernes en Radio del Plata, explica que cada árbol y flor tiene su elemental. “Los remedios provienen de las plantas. Una aspirina sale de la raíz del sauce”, explicó al vincular el saber ancestral de la naturaleza con la sanación.
¿Mito o realidad? Una cuestión de fe
¿Existen los duendes? La ciencia dice que no, pero la fe popular mantiene viva la pregunta. Para algunos, son un juego infantil; para otros, guías invisibles que canalizan energías. Quizás por eso, el fenómeno cultural no se extingue y se reinventa en series, películas y relatos como los de Chelli, que mantienen encendida la llama de la fantasía. “Soy consciente de que muchos no creen y se burlan. Problema de cada uno”, sostuvo.