El rodete pulido dejó de ser el clásico “peinado de emergencia” para transformarse en el gesto de estilo más buscado de la temporada. Con el auge del clean look, este recogido se convirtió en símbolo de minimalismo elegante, capaz de transmitir frescura, sobriedad y sofisticación al mismo tiempo.
Las celebridades lo llevan en galas internacionales y las fashionistas lo suman a sus outfits diarios como complemento ideal para un look impecable. Parte de su encanto radica en que estiliza el rostro, marca las facciones y funciona como un verdadero lifting instantáneo, sin necesidad de pasar por quirófano.
Entre sus ventajas se destacan la duración, se mantiene intacto durante horas, y la capacidad de realzar cualquier make up. Sin embargo, tiene algunos puntos a considerar: en cabellos muy finos puede resbalar y, si se usa demasiado apretado, generar tensión en el cuero cabelludo.
Lo mejor es que se adapta a todo tipo de melenas. En rulos, se puede alisar previamente con crema de peinar y fijador; en cabellos cortos, optar por un semirrodete bajo o sumar extensiones. Además, se puede elevar el resultado con hebillas brillantes, moños o cintas satinadas.
Cómo hacer el rodete pulido en casa
Necesitás: cepillo de cerdas finas, gomita resistente, fijador en spray, gel o crema alisadora, peine de cola, horquillas y, si querés, accesorios.
Paso a paso:
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Lavá y secá con brushing para eliminar frizz.
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Aplicá gel o crema para lograr textura uniforme.
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Peiná hacia atrás y armá una cola de caballo baja o media.
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Girá el cabello y formá el rodete.
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Sujetá con horquillas y gomita.
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Sellá con fijador y sumá accesorios.
Cuidar el pelo es clave: hidratá con mascarillas y evitá atarlo húmedo. El rodete pulido se impone como el comodín perfecto para brillar en fiestas, salidas nocturnas o incluso reuniones laborales donde buscás transmitir presencia y seguridad.