Emmanuelle Bayamack-Tam, la escritora francesa admirada por Paul B. Preciado: "Milei es grotesco y aterrador"

La premiada escritora francesa Emmanuelle Bayamack-Tam es una de las invitadas a la 49° Feria del Libro de Buenos Aires con motivo de presentación de sus novelas Arcadia (2022) y La decimotercera hora (2024), dos increíbles hallazgos de la narrativa queer que combinan humor ingenioso y afiladas críticas a las sociedades mercantilistas.

09 de mayo, 2025 | 20.15

Emmanuelle Bayamack-Tam, distinguida escritora francesa finalista del Premio Goncourt 2022 y ganadora del Premio Médicis 2022, está por primera vez en Buenos Aires como invitada a la 49° Feria del Libro de Buenos Aires, con motivo de la presentación de sus novelas Arcadia (2022) y La decimotercera hora (2024), ambas editadas por El Cuenco de Plata. La obra de Emmanuelle Bayamack-Tam (Marsella, 1966) se encuentra atravesada por cuestiones vinculadas a la identidad y sus complejidades, temas que aborda con frescura y un humor ingenios que atrapa a los lectores. En diálogo con El Destape analiza ejes y temas recurrentes en sus libros publicados en Argentina, y despliega reflexiones sobre el recrudecimiento de los discursos de derecha en el mundo y como eso afecta a las personas LGBTIQ+.

¿Cuáles fueron tus motivaciones para escribir Arcadia?

- Arcadia resultó ser una novela que yo considero ecologista, no especista, queer y que habla sobre cómo sobrevivir en un mundo hostil. El combustible de esta novela es la angustia y el miedo al fin del mundo, y al mismo tiempo el enojo con respecto a los disfuncionamientos del orden social. Por eso se me ocurrió crear la comunidad del Liberty House que recibe a gente que está en los márgenes: gente muy vieja, enfermos, inválidos, gente que tiene problemas sentimentales o que son electrosensibles. Partí de ahí para escribir el libro.

Emmanuelle Bayamack-Tam (Crédito de foto: P. Rousseau/P.O.L).

Lo que más me interesa de Arcadia y La decimotercera hora es que son novelas que hablan sobre lo que significa ser mujer, pero como un proceso…

- Sí. En Arcadia tenemos a Farah, una chica que fue educada como una chica pero en la pubertad descubre que quizás es un varón, quien plantea la pregunta “qué significa ser una mujer”, se la plantea a los adultos que tiene a su alrededor y nadie puede darle una respuesta satisfactoria. Y lo que yo trato de decir es que probablemente no hay una respuesta, no podemos reducir la femineidad a anatomía y a las hormonas, y tampoco es una construcción que sea completamente cultural o social. Hay muchas maneras de ser mujer y muchas maneras de ser hombre también. En definitiva, en el caso de Farah decide mantenerse no binaria intersexuada y es su elección.

Teniendo en cuenta que lo queer atraviesa tu obra, ¿qué te sucede a vos como escritora y como persona cuando colegas famosas mundialmente como J.K Rowling, autora de la saga Harry Potter, atentan contra la mirada transfeminista que proponés e impulsan un discurso biologicista sobre lo que es ser mujer?

- Para mí es algo incomprensible su postura porque el arte, la literatura y la creación tienen que cuestionar y poner en tela de juicio las normas. Entonces, querer que todo el mundo respete, por ejemplo, la heteronormatividad es absurdo; nosotros como artistas tenemos el deber de transgredir, subvertir e interesarnos por las minorías y la diversidad. Yo no quiero que mis personajes sean todos blancos, heterosexuales, cis y burgueses.

Te duele ese odio…

- Por supuesto. Tengo la sensación de que tanto en Francia como en Argentina nos aprestamos a vivir tiempos muy difíciles y que van a ser todavía más difíciles para la gente trans, intersex, bisexuales, homosexuales, racializados… va a haber que encontrar maneras de luchar y resistir a eso porque hay una ola fascista que está apareciendo en el mundo.

Una pregunta personal: ¿cuál fue tu descubrimiento de lo queer?

- Hay cosas de mi vida privada que no me gusta abordar en público, pero sí te puedo contar que cuando yo era chiquita naturalmente no era ni nena ni varón -hablo del aspecto psicológico, no el anatómico. No me sentía ni muy nena ni muy varón- y cuando llegó la pubertad de pronto estuve obligada a aceptar mi cuerpo de mujer y para mí eso fue muy difícil. Entonces, cuando empecé a escribir aparecieron personajes fluidos, queer, que oscilaban entre los dos géneros…

¿Escribiste tus novelas para hablarle a esa niña que fuiste?

- Una de las razones tiene que ver con eso, pero después hubo encuentros y vivencias personales que hicieron que yo me interesara más por estos temas.

Las novelas Arcadia y La decimotercera hora transcurren en sectas. ¿Qué te atrae la atención de esos escenarios?

- Quiero precisar que en mis novelas no hablo precisamente de “sectas” porque en las sectas no podés entrar y salir cuando querés. En cambio, los personajes de mis novelas son libres. Lo que a mí me interesa y me atrae es que son comunidades que existieron y que existen también ahora como Longo Maï, en Francia, o Tamera, en Portugal. Son comunidades que tratan de entrar en disidencia con la sociedad. Lo que a mí me interesa es ese intento utópico de vivir de otra manera, con otras normas, con otras reglas. En Arcadia no hay exclusividad sexual y todos los adultos pueden acostarse con quienes quieren, y en La decimotercera hora decidieron que la poesía sería lo principal en su existencia y tratan de vivir una vida menos mercantil y materialista. Me atrae la espiritualidad de esas comunidades.

Arcadia (2022) y La decimotercera hora (2024), dos increíbles hallazgos de la narrativa queer de Emanuelle Bayamack-Tam.

En las novelas sos muy detallista cuando hablás de estas comunidades. ¿Hiciste un trabajo de campo antes de escribir?

- Hice investigaciones en Internet y me interioricé mucho en la historia de la secta del Orden del Templo Solar, cuyos integrantes se suicidaron todos juntos, y en la cofradía del libre espíritu, en la época medieval.

Más allá de la complejidad de la historia de Farah, son novelas con mucho humor. ¿Qué lugar ocupa el humor en tu narrativa y en tu vida?

- El humor es algo central en mi vida. Es gratificante hacer reír a otros y espero ser divertida en la vida y haber transmitido el humor a mis hijos, es la herencia que les voy a dejar. 

Y en la escritura lo que me gusta es mezclar registros: hay algunos pasajes que son divertidos pero pueden ser triviales o más duros. Creo que a través de la sátira pueden hacerse muchas denuncias.

"Milei es grotesco y aterrador"

Hace algunas preguntas hablaste de política y de lo que significa para la diversidad en Argentina y Francia la vuelta de discursos de derecha. Me imagino que estás al tanto de quien es el presidente Javier Milei y cuáles son sus ideas. ¿Qué piensan los franceses sobre el presidente de Argentina?

- ¿Esto va a salir publicado? (Risas). Para todos nosotros Milei es grotesco y aterrador, y nos parece incomprensible que los argentinos lo hayan votado. Para mí es algo incomprensible…no sé cómo hacen para resistir.

Teniendo en cuenta que tus novelas son también muy políticas, ¿considerarías que en tu próxima novela haya un villano inspirado en Javier Milei? 

- El pelo, la motosierra, hay algo ahí… lo que yo escribo siempre está influenciado en la realidad así que quién sabe, todo es posible.