A pesar de las fuertes presiones de la Casa Blanca, la justicia colombiana condenó a 12 años de prisión domiciliaria al derechista Alvaro Uribe (73), el político más temido y más poderoso de Colombia en el siglo XXI. Es un hecho sin precedentes: por primera vez en la historia del país, un ex presidnete es condenado y privado de la libertad.
Uribe fue hallado culpable de obstruir la justicia y de amenazar a testigos para evitar que lo vinculen con los escuadrones de la muerte y con las fuerzas paramilitares responsable de crímenes atroces contra civiles. Esta vez, los entramados políticos y las presiones del uribismo no tuvieron éxito. El senador Iván Cepeda, del oficialista Pacto Histórico, cuenta con los testimonios de varios paramilitares que, al sentirse traicionados por Uribe, decidieron confesar sus vínculos con el ex mandatario y los delitos cometidos, a legisladores de izquierda. Los paramilitares se encontraban presos en cárceles de Estados Unidos y Cepeda junto a otros políticos viajaron allí para obtener las confesiones.
Las pruebas contra Uribe son irrefutables. El juicio comenzó en 2024 y el lunes la jueza Sandra Heredia sentenció al ex mandatario a prisión domiciliaria y a inhabilitación, por ocho años, para ejercer cargos públicos además de una multa equivalente a 836.000 dólares. La defensa de Uribe apelará y su partido, el derechista Centro Democrático, convocó a una marcha a favor del ex presidente para el 7 de agosto.
EEUU, la justicia y las bases militares
Colombia ha sido durante muchas décadas la plataforma perfecta para que Estados Unidos despliegue sus instrumentos de control y dominio sobre América del Sur y el Caribe. No por nada en ese país se encuentran las principales bases militares del Comando Sur. La llegada de un gobierno como el de Gustavo Petro y el encarcelamiento de Uribe son un fuerte golpe para la estrategia regional del imperio.
La Casa Blanca y varios legisladores republicanos y demócratas salieron, esta semana, a intervenir fuertemente en la política colombiana y a desmerecer al Poder Judicial de ese país. El canciller Marco Rubio aseguró que “el único delito del expresidente Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su patria. La instrumentalización del Poder Judicial colombiano por parte de jueces radicales ha sentado un precedente preocupante”.
El diplomático William Brownfield, cuya presencia como ex embajador de EEUU coincide con escenarios del desestabilización y golpes de Estado en nuestra región y que, además, fue quien concretó la instalación de las bases militares del Pentágono en Colombia, dijo ayer que Uribe es “el mejor presidente que ha conocido en su vida adulta”.
Como hace en Brasil (el gobierno de Donald Trump presiona con sanciones a jueces y con aranceles al gobierno de Lula para evitar la cárcel de Jair Bolsonaro), también en Colombia EEUU apunta contra el Ejecutivo y el Poder Judicial.
¿Por qué? “Sin EEUU, Uribe y Bolsonaro no existen como actores políticos. Son su producto más fiel. Y los delitos por los que han sido condenados fueron cometidos por ellos en el marco de un proyecto de dominación de Washington”, asegura la abogada, defensora de derechos humanos y militante del pacto histórico colombiano, Paola Gallo a El Destape. “Estas condenas, en medio de una disputa por la hegemonía con China en nuestra región, es una derrota dolorosa para EEUU y la mafia fascista que lo gobierna. Violentarán y perseguirán a quien sea necesario para defender la impunidad que les ha permitido dominar a sangre y fuego nuestra región. No podemos olvidar que Colombia y Brasil son 2 de los 3 países aliados de la OTAN en el continente.”
Cambio histórico en Colombia
“La condena a Uribe Vélez es consecuencia de que Colombia sea hoy un laboratorio de paz para mi país y para el mundo”, afirmó Paola Gallo. “Es un proceso largo en la búsqueda de verdad. Colombia, al igual que la región, vive desde hace muchos años una guerra cognitiva que ha incidido en el proceso de ocultamiento de los hechos y por tanto de obstrucción del camino hacia la paz. Esta sentencia es ahora la puerta abierta de una jaula, donde estaba cautiva la verdad. Personalmente considero que hay un plan de obstrucción de la justicia que empieza a derrumbarse, es el síntoma más cierto de que Colombia es hoy otro país, listo para la verdad, la justicia y la reparación.”
Para Gallo, la implementación de la Ley de Víctimas y la apertura de las conversaciones de paz con las FARC-EP y el Estado Colombiano fue el inicio del proceso de cambio. La creación de la Comisión por la Verdad; el reclamo permanente del Movimiento de Víctimas; la madres y familiares que buscan sin cansancio a sus seres queridos desaparecidos “enfrentándose a la negación de su existencia como víctimas”, entre otras luchas han sido también fuertes impulsos.
“La inmoralidad de esa negación, en medio de tanto dolor, ha producido un quiebre en la conciencia de la sociedad colombiana, a favor de la necesidad de la verdad. Considero también que la sentencia de la CIDH que condenó al Estado colombiano por el genocidio de la Unión Patriótica, ha sido importantísima. Las fuerzas de la paz, que han buscado, en un largo camino de luchas, encontrar la verdad, se han enfrentado a un poder mafioso, fascista y genocida, como no hay otro en el continente. Esas fuerzas de la paz, han confiado en la justicia, y la han defendido. Una nueva etapa está empezando.”
-Sin embargo, la sociedad colombiana está muy polarizada en relación a esta sentencia contra Uribe ¿Este cambio histórico en la Justicia perdurará?
- La experiencia en Colombia en lo que respecta a la sentencia de Uribe es inédita, pero la experiencia argentina nos enseña que la verdad, la memoria, la justicia y la paz son construcciones de todos los días. Nunca están terminadas o conquistadas. Por otro lado, veo un sujeto histórico protagonista de este proceso de democratización en Colombia, maduro y joven, con memoria de los aprendizajes políticos de la lucha por una democracia de iguales, que mantienen florecida la esperanza. Sin embargo, no podemos subestimar a la mafia que enfrenta a este laboratorio de paz, la que tiene un poder enorme adentro y afuera de Colombia. La jueza Heredia, por ejemplo, ya ha sido amenaza por su sentencia contra Uribe y se activó la internacional fascista en defensa del condenado, denunciando que hay riesgos de que se instale una dictadura en Colombia. Si Uribe Vélez insiste en desmentir, deslegitimar y estigmatizar a las víctimas y al Poder Judicial, lo único que conseguirá es agravar su situación. Creo que es importante que la comunidad internacional no abandone al Movimiento de Victimas y muy especialmente a Iván Cepeda.
- ¿Cuál es tu opinión sobre el senador?
- Ivan Cepeda es una inspiración para la Colombia que estamos soñando y construyendo. Es una persona con liderazgo auténtico y de las más lúcidas que hay en Colombia. Es el referente del Movimiento de Victimas, negociador de paz con las FARC-EP y ahora con el ELN. Escucharlo me conmueve, porque en sus reflexiones hay una sabiduría serena que insiste en no buscar venganza, pero sí desear que se produzcan procesos de reconocimiento, de verdad y reparación, porque sabe que nuestro país lo necesita para avanzar hacia la paz. Tiene muy claro para qué busca justicia. Su padre Manuel Cepeda, fue militante político de enorme trayectoria en la izquierda colombiana, congresista y abogado. Su asesinato en 1994 es parte del genocidio contra la Unión Patriótica. El día que lo asesinaron iba camino a un debate en el Congreso. Sus hijos debieron abandonar el país ante las amenazas sufridas. Iván regresó a Colombia en el año 2004 y empezó su búsqueda inquebrantable por la paz y la verdad.