En los últimos años muchos afirmaron que Soledad había dejado el folklore. El cambio estético y su coqueteo con otros géneros musicales desplegó especulaciones sobre su supuesto alejamiento de la música de raíz, cuando en realidad nunca dejó de cantar su repertorio folklórico en los recitales. Fue el caso del show que dio anoche en el Gran Rex, Simplemente Soledad, con el que marcó el comienzo de los festejos por sus treinta años de carrera.
El show comenzó con un holograma de una Soledad adolescente, con su icónica ropa, su mítico poncho, bombacha de campo y alpargatas. El holograma interpretó “Canten para papá”, una canción llena de sentimientos hacia el gran propulsor de su carrera, Omar Pastorutti, su padre, marcando el inicio de una noche que sería un recorrido por la memoria y el corazón de la música popular.
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Uno de los momentos más cargados de emoción del show fue cuando volvió a compartir escenario con su hermana Natalia, un encuentro que no sucedía desde hacía varios años ya que la menor de las Pastorutti había retomado su carrera solista. La unión de las dos voces, una vez más juntas, tocó las fibras de todos los presentes, quienes ovacionaron a la histórica co-equiper de su ídola.
El show continuó con un homenaje a grandes íconos de la música folklórica popular, como Jorge Cafrune, Horacio Guarany, Teresa Parodi y Mercedes Sosa. Soledad y Natalia también recitaron pasajes del Martín Fierro, un momento de gran simbolismo y homenaje a la tradición de la música argentina.
Otro de los momentos importantes de la noche fue cuando la cantante Yami Safdie subió al escenario tras una cálida presentación de La Sole, para cantar a dúo el clásico Alma, Corazón y Vida, cuya versión de Soledad en los '90 fue un furor en Argentina. La joven artista que ya tiene hits como Querida Yo y En Otra Vida fue muy bien recibida por el público de la arequitense, con un cálido y largo aplauso.
Más allá de la puesta en escena, que sorprendió a los asistentes con un desarrollo audiovisual digno de una artista internacional, lo que realmente marcó la diferencia fue la emoción palpable en el aire. Se podía ver al público con lágrimas en los ojos, inmortalizando la conexión que Soledad logra con su gente. La banda de músicos acompañó a Soledad en todo momento, creando los climas exactos para cada canción: desde los momentos más íntimos hasta los más festivos, la musicalidad sólida de la banda fue el soporte perfecto para que Soledad pudiera brillar aún más.
La palabra de La Sole sobre su show Simplemente Soledad
“La idea de estos shows es recorrer mi camino de casi 30 años con las canciones más emblemáticas y, así, agradecer a mi público el acompañamiento por todos estos años. Por supuesto, que hay canciones más nuevas pero sí reconozco un tinte más nostálgico en la elección de canciones, fue un arduo trabajo llegar a la lista final, igual entre funciones la voy a ir renovando”, pronunció Soledad sobre su concierto.