El Eternauta es una de las series del momento tras su estreno el pasado miércoles 30 de abril en Netflix. La producción argentina está basada en la historieta de ciencia ficción creada por el guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López desde 1957 hasta 1959 y cuenta con muchas canciones históricamente conocidas en el país, dándole ese toque de "argentinidad" a la ficción. Cuál es la playlist conformada por folklore, tango y rock nacional.
Desde su estreno que El Eternauta se encuentra en pleno furor no solo en Argentina, sino en distintas partes del mundo que se hicieron eco de la producción dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín junto a un gran elenco actoral. Una de las cosas que más se destacó, por lo menos en el país, es ese toque de "argentinidad" que se puede observar ya sea desde lugares y modismos a la hora de hablar que le aporta mucho a la serie.
Además, el soundtrack de El Eternauta dice mucho: canciones históricas de tango, folklore y rock nacional, como algunas de Mercedes Sosa, Carlos Gardel, Soda Stereo, Manal, entre otras, figuran en la producción furor en las plataformas. Es por eso que Netflix armó una playlist de todos los temas que se escuchan en los seis capítulos que dura la primera temporada de la serie.
Qué canciones se escuchan en El Eternauta: la playlist de la serie
- Paisaje - Gilda
- No, pibe - Manal
- Alguien más en quien confiar - El Reloj
- Post-Crucifixión - Pescado Rabioso
- Salgan al sol - Billy Bond y La Pesada
- Volver - Carlos Gardel
- Caminito - Carlos Gardel
- Todo Cambia - Mercedes Sosa
- Sucio y desprolijo - Pappo
- Cuando pase el temblor - Soda Stereo
- Chacarera del rancho - Los Nombradores del Alba
- Rasguña las piedras - Sui Géneris
- Jugo de tomate - Manal
- Blues del atardecer - El Reloj
- Porque hoy nací - Manal
- El Magnetismo - Él Mató A Un Policía Motorizado
- Let It Snow! - Dean Martin
La increíble historia de la máscara que usó Ricardo Darín en El Eternauta
Netflix estrenó la primera temporada de El Eternauta, la esperada serie dirigida por Bruno Stagnaro (Okupas) que se desprende de la novela gráfica de Héctor Germán Oesterheld, ilustrada por Francisco Solano López, publicada por primera vez en 1957, y se dispararon las búsquedas en torno a las curiosidades sobre cómo se creó esa Buenos Aires apocalíptica. Una de las tantas historias de rodaje tuvo como protagonista a la máscara que usó Ricardo Darín para filmar sus escenas: los secretos detrás del armado del vestuario de Juan Salvo.
La vida queda supeditada a su elección o confección y las necesidades de la historia convirtieron también al vestuario en protagonista. Sobre este detalle personalísimo, la Directora de Vestuario Patricia Costa reveló: “Era muy tentadora la idea de ‘crear’ ciencia ficción, de diseñar un traje no existente. Pero debíamos volver siempre al Juan Salvo-hombre común, al protagonista que podría ser cualquiera. Lo mismo ocurría con todos los personajes. Bruno estaba muy atento a que no hubiera nada fuera de lugar ni demasiado intencionado. La propuesta era contar las cosas como son”.
Para el traje de Salvo, también buscaron dentro de las posibilidades que podía ofrecer el placard de Favalli. Así apareció la idea del gamulán, esa prenda de cuero de cordero u oveja que estuvo de moda en los años 60 y 70. En las primeras versiones del guion, la máscara de Juan Salvo para enfrentar la nieve tóxica era un souvenir de Chernóbil que Favalli tenía preservado en el sótano de su casa. “Pero empezamos a investigar las máscaras de Chernóbil y nos encontramos con que eran máscaras de trompudo, con los ojos separados. No servían, porque la mirada de Juan Salvo era importantísima. A su vez, esa máscara asustaba, no generaba empatía con el personaje”, remarcó la Directora de Vestuario. En la obra escrita por Oesterheld, Juan Salvo utilizaba una máscara de estilo buceo, “un modelo demasiado plano para la cámara. Por eso empezamos a diseñar un visor entero, con alguna curva y un marco con tornillos oxidados que dieran cuenta de algo viejo que Favalli podría tener en su casa. La idea de una máscara más industrial remite, además, a algo urbano”, señaló Costa.
Los filtros se modificaron luego de las pruebas de vestuario con Ricardo Darín. “Le colocábamos la máscara y él no podía respirar bien. Así que empezamos a eliminar las capas con filtros hasta dejar solamente el exterior”. La interacción con el área de sonido fue fundamental, ya que los personajes debían poder hablar con las máscaras puestas. Para Juan Salvo se construyó un único modelo con micrófono incorporado, y se crearon otros casi idénticos para los dobles y las escenas sin diálogo. “Con el área de sonido empezamos a trabajar antes del rodaje porque no solo eran las máscaras, sino todos los materiales. Venían y me decían: ‘Me matás con ese plástico’. Yo les respondía: ‘No puedo evitar el plástico, son elementos que la gente encontró en su casa para salir’. Todos nos fuimos adaptando, siempre con buena predisposición y búsqueda de verdad”, recordó Costa.