Guitarras que queman y versos que abrazan: así suena "Líneas generales" , el nuevo álbum de Isla de Caras

Con Líneas generales, Isla de Caras entrega su disco más honesto y vibrante hasta la fecha: un recorrido de once canciones que abrazan la emoción, celebran la amistad y encuentran una nueva forma de hacer latir el indie argentino. 

29 de abril, 2025 | 10.00

Hay discos que se disfrutan. Y hay discos que te encuentran. Que te paran un segundo en medio del ruido y te dicen “esto también sos vos”. Eso es Líneas generales, el nuevo trabajo de Isla de Caras. Un álbum que no solo marca un antes y un después en la historia de la banda, sino que logra algo aún más difícil: conectar sin fórmulas.

Algo cambió, se percibe desde el primer tema. Hay una energía distinta, más viva, más física. A diferencia de sus primeros dos álbumes, Chango (2018) y Una Caricia (2021), donde el fuerte de la banda era la melancolía. Con su tercer disco Gran Turismo (2021), las canciones comenzaron a respirar movimiento y, desde entonces, fue como si hubieran entendido -o recordado- que la emoción también puede venir desde el cuerpo, desde un riff urgente, desde un beat que te saca de donde estás y te lleva a otro lugar. Y sin embargo, lo íntimo sigue ahí, agazapado en las letras, en esos versos que parecen susurrarte cosas que alguna vez pensaste y no supiste decir. 

Líneas Generales, el cuarto disco de Isla de Caras, ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales.

Líneas generales suena a una banda que encontró su punto justo: ese equilibrio raro entre lo que se quiere expresar y lo que se quiere hacer. Las once canciones que lo forman no son solo temas pegadizos ni postales generacionales; son escenas vivas de una amistad, de un deseo compartido de hacer música que importe. Música que deje algo después del silencio: una frase para abrazar en los días tristes o una descripción de lo que sentís cuando ves a esa persona. 

El disco fue grabado en el estudio El Desierto, en México, y producido en colaboración con Matías Cella. Antes de eso, Lautaro Cura (voz y guitarra), Panchito Villa (guitarra), Manuel Schupak (bajo), Nicolás Fernández de la Puente (batería) y Santiago Martínez (teclados) pasaron ocho meses componiendo y arreglando las canciones en su home-studio en Buenos Aires. Además, por primera vez, contaron con la participación externa de otras personas a la hora de escribir, como Marcelo "Cuino" Scornik -histórico colaborador de Andrés Calamaro, entre otros-, cuya mano se siente con fuerza a lo largo del álbum. Desde Estadio Azteca a Mirar Películas, la sensibilidad de sus ideas siguen estando a la orden de la música.

Es difícil no quedar con la cabeza partida después de escucharlo. Porque hay algo honesto y urgente latiendo en cada track. Porque rememora una maravillosa época del rock nacional (Abuelos de La Nada, Enanitos Verdes y hasta Soda Stereo). Porque Isla de Caras se destaca en cada rincón del disco, como si fuera una declaración de principios: estamos acá, somos esto, y esto es lo mejor que hicimos hasta ahora. 

Así es "Líneas generales", el nuevo álbum de Isla de Caras, tema por tema:

Veneno

Veneno es el track que abre el disco irradiando una energía de libertad fresca y contagiosa con un sonido que se asemeja al britpop. La banda potencia esa vibra con unos coros gospel sobre el final que le dan un cierre espectacular. Un tema ideal para dejarse llevar y cantar a los gritos.

Mirar películas

Mirar Películas es el corazón de Líneas generales, una canción que combina la energía "rolinga" con el toque personal de Isla de Caras. Con coros vibrantes y guitarras poderosas, refleja al grupo humano detrás de la banda, como ellos mismos dijeron en diálogo con Rolling Stone

Amigos

Amigos es una despedida elegante, pero sin disfraces. Una canción que habla del límite entre el amor y el orgullo, y de la decisión de alejarse cuando el vínculo se vuelve unidireccional. Porque a veces, cuidar el corazón también es decir: "no quiero ser la sobremesa de tu ego".

Camas separadas

Camas Separadas es la balada principal del disco, una confesión íntima donde Isla de Caras canta al amor que persiste incluso en la distancia. "Estoy atado a ti, solamente a ti", repite con una melancolía imposible de ocultar, mientras asoma la certeza de que "la indiferencia es un veneno". Una canción que duele y abraza al mismo tiempo.

Cerca lejos

Con Cerca lejos, la banda saca su lado más rockero: guitarras al frente, bombos que marcan el pulso y coros que contagian. La letra golpea directo y la energía invita a saltar, poguear y colgar "trapos" como en los viejos rituales del rock argentino.

El favor

El Favor arranca con un guiño inconfundible a Himno de mi corazón (1984) de Los Abuelos de la Nada, que se repite sutilmente como homenaje a la banda de Miguel Abuelo. La melodía hipnótica te envuelve tanto que es fácil dejarse llevar y perderse, incluso olvidando prestar atención a lo que dice la letra.

No me puedo divertir

No me puedo divertir combina la vibra explosiva de bandas rock pop de los 80 -como Enanitos Verdes- con la elegancia de las guitarras sensuales que Isla de Caras fue puliendo en sus discos previos, hasta apoderarse de esa impronta. Una canción que suena fresca pero a la vez muy fiel a su recorrido.

Cartera perdida

Cartera Perdida es una de las sorpresas más llamativas de Líneas generales, con Panchito Villa (guitarrista y autor del track) tomando la voz principal en el comienzo de un tema que destila una melancolía que recuerda a Babasónicos, una referencia que Isla sabe replicar muy bien como casi ninguna otra banda argentina. La melodía es envolvente, pero como canta Lautaro Cura, "otra canción que no logra decir lo que siento", aunque, en esa misma afirmación, está diciendo mucho más de lo que él cree.

Tormenta

Tormenta mezcla una atmósfera ochentosa con una lírica introspectiva sobre el paso del tiempo y los cambios en las personas. Entre sintetizadores suaves, la canción reflexiona sobre el peso emocional de una "tormenta compartida".

Demostrar interés

Demostrar interés es una canción que funciona como una caricia al recuerdo de un amor que aún no se terminó de cerrar. Es perfecto para acompañar esos momentos en los que el corazón mira hacia atrás con ternura y se pregunta “¿y si...?”. Una canción que no solo se escucha, sino que se siente.

Cavidad

Cavidad es ese respiro final que baja el telón con delicadeza después de un viaje emocional intenso. Con melodías suaves y una sensibilidad que envuelve, la canción se siente como una reflexión en voz baja, íntima y honesta. Es el tipo de cierre que no busca respuestas, sino dejar preguntas flotando. Luego de la euforia y los altibajos del álbum, esta última pista se instala como un susurro persistente que invita a quedarse un rato más... o a volver a empezar desde el principio.