El actor Manu Fanego goza de un buen momento profesional: a la popularidad del cine y la televisión -sus últimas apariciones fueron en los títulos Verano Trippin, Cris Miró y El amor después del amor- se suma un destacado trabajo en el grupo teatral Los Bla Bla y un presente de desafíos actorales con los unipersonales Le Frigó -exquisito rescate de una de las obras más trash de Copi- y en Mika solo set, una exploración por el mundo de Mika de Frankfurt, su álter ego artístico y una creación simpática que encanta públicos en las redes y en el escenario.
En un mano a mano con El Destape, Manu Fanego presenta sus nuevos proyectos, que van de la mano con una valiosa búsqueda de crecimiento personal. El rechazo que le provocó Copi, qué hace cuando aparece "el fantasma" de su padre -el mítico Daniel Fanego, quien falleció en septiembre del 2024- como evocación comparativa y su camino de auto descubrimiento trans; temas sobre los que reflexiona y comparte su mirada.
¿Qué sensaciones te generó la primera lectura de Le Frigó, de Copi?
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- Es un texto muy fuerte, descarnado, visceral, que habla desde una provocación muy grande y maneja mucha ironía y mucho sarcasmo acerca de su propia identidad y el propio ámbito que lo rodea. En un principio, el texto me dio cierto rechazo y lo que siempre me provocó Copi: incomodidad.
¿Qué cuestiones de Copi son las que te provocan incomodidad?
- Para empezar, es una obra que está escrita en el ‘83 -una época en la que la homosexualidad todavía era considerada una enfermedad y donde había una invisibilización de los temas de salud mental- desde una transgresión total y él habla con una visceralidad que lograba que ciertas partes de la obra me resultaran muy fuertes: como trata temas como la sexualidad, las violaciones, la droga, la filialidad madre e hijo, mismo la homosexualidad que está tomada como una patología.
Después, cuando fui releyendo la obra, me encontré con capas de ternura y entendí que, a su manera irónica y extrema, se burla de ciertos temas sociales como una crítica. En ese momento donde la crueldad era parte de una provocación de la zona conservadora de la sociedad, Copi viene a meter una cuña en ese lugar y yo creo que logra una conversión de distintas capas de la sociedad y las libera a todas. Con esto quiero decir que puede venir un empresario de Punta del Este a verla y le va a clavar parecido a lo que seguramente le clave a algún progre que anda perdido por ahí o a alguna maricona que necesite ver como es la intimidad de una loca, porque si hay algo que Copi logra describir muy bien es la identidad marica.
Es una apuesta arriesgada traer al escenario a Copi, quien siempre despierta polémicas.
- Sí, pero creo que este es el momento necesario para que haya este nivel de provocación de parte del progresismo.
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"Mi presente me desafía a rebelarme ante los ojos de los que me ven como Daniel Fanego, porque yo soy Manu Fanego"
Hay una escena de Le Frigó en la que empleás un tono de voz grave y por un momento sentí a tu papá en el escenario, una evocación…
- Bueno, sin dudas hay algo en la voz y en algunos gestos en los que me veo similar a mi papá, pero siento que estoy en un momento de mi carrera profesional en el que me toca despegarme de eso. Muchas veces me pasa que la gente ve al hijo de Daniel Fanego y yo soy el hijo de Fanego, y eso no lo voy a negar nunca, pero también soy otra persona. Para mí es muy honroso haber tenido al papá que tuve, así como es también necesario ponerle un límite al público que solo quiere ver a Fanego.
¿Cuándo empezaste este camino de búsqueda personal?
- Este último tiempo, porque todo el mundo me pregunta por él y porque todas las notas se basan, en gran medida, en hablar de mi padre. Eso tiene un peso… De todas maneras eso no estuvo siempre. De hecho yo no fui actor hasta los 29 años: antes tuve una banda de música, viajé por Europa y por Estados Unidos, sacamos dos discos y no nos iba a ver mucha gente (se ríe). Y cuando empecé en la actuación, hace 16 años, lo hice de un modo muy diferente a mi papá, a través del clown y la varieté a la gorra.
Siento que ahora yo estoy entrando al terreno de mi papá con la exposición que da el cine y las series, empezó a expandirse esa posibilidad de visibilizar mi trabajo y la agradezco un montón. También me desafía a rebelarme ante los ojos que me ven como Daniel Fanego, porque yo soy Manu Fanego.
Empezaste como músico, ¿cuál fue el click que se disparó para virar hacia la actuación?
- Fue gracias a una profe de yoga, porque yo durante un tiempo fui instructor de yoga y enseñaba en una escuela. Un día le fui a plantear una diatriba a mi maestra para saber si debía hacer tal cosa o la otra referida a la música, y ella me preguntó, de la nada, si nunca había pensado en actuar. Y la verdad es que no, hasta ese momento no era algo que se me hubiera cruzado por la cabeza. Supongo que es porque tenía una sombra muy grande con mi papá… Esa pregunta caló hondo porque ese mismo verano hice un curso de clown y ahí me di cuenta que era actor y que había estado perdiendo mucho tiempo no visitando un lugar tan cómodo, familiar y propio como lo es la actuación.
¿Te acordás cómo fue la primera vez que te subiste a un escenario de forma profesional?
- Mi profesionalidad fue muy under y yo siento que lo under no es menos profesional que lo que se considera profesional. Con Los Bla Bla empezamos haciendo funciones a la gorra en un salón de yoga y ese fue nuestro primer escenario durante tres meses y de ahí saltamos al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti para hacer una presentación a finales del 2010. Fue muy fuerte ir a llevar risas a ese lugar y en ese momento. Pero nada era profesional… Quizás Teatro x la Identidad nos legitimó como obra porque tuvimos que montar en el Teatro Cervantes y ahí sí necesitamos de un director que fue Angelelli (Guillermo), una vestuarista, maquilladores y una serie de conglomerado artístico que hasta ese momento no lo habíamos necesitado.
El límite entre lo profesional y lo no profesional es muy discutible. Aparecer en las pantallas tampoco hace mucho, es solo parte del recorrido. El año pasado fui a recibir a España un premio en nombre de mi viejo. Lo nominaron a él por El Jockey en los premios Platino y me parecía muy importante estar porque fue el último reconocimiento que le dieron por un trabajo que él hizo en vida. Ese momento produjo un cambio en mí, porque entré a un mundo al que nunca había tenido acceso y sentí que esa era una especie de posta que me había dejado mi viejo, “su mundo” se abría para mí. Yo creo que esa fue una de las grandes actualizaciones de mi vida.
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“Mika de Frankfurt es mi caballito de batalla eterno, me voy a morir con ella”
¿Cómo surge Mika de Frankfurt, tu álter ego?
- Mika es una artista trans que viene de Europa del Este a Buenos Aires, engañada por un capitán de navío argentino. Acá se encuentra muy desolada y sola, y la comunidad trans y los Bla Bla fueron sus espacios para desarrollarse y hacer su música. Esta es la historia que inventamos los que me rodean y yo sobre Mika. Ella es un personaje que salió en una varieté de casualidad y siempre todo el mundo fue opinando sobre ella y le fue armando esta historia que te conté recién y que sostenemos hasta la actualidad. En cuestiones de ficción, Mika tiene una vida propia muy consistente.
¿Qué es lo que más le atrae a tu público de Mika?
- La gente se conmueve con su ternura y sus imperfecciones. A veces me putean en internet y contesta ella desde una ingenuidad que no es ingenua, sino que es una forma amable de ver y enfrentar las cosas.
¿Recibiste asesoría de personas trans para componer a Mika?
- Sí, eso es algo que me importó desde el inicio. Yo me relaciono con la comunidad trans desde una obra que hicimos con Paula Cancela, La princesa del futuro, y que me permitió conocer a Gabriela Mansilla, que es la mamá de Luana y la autora de Yo nena yo princesa, un libro donde narra cómo su hijita de 2 años se autopercibe mujer y su proceso de transición de identidad. A partir de esa conexión y de mi acercamiento a la comunidad travesti y trans empezó mi transición y mi autopercepción identitaria diferente a como la venía percibiendo. Fue un proceso de mucha introspección desmarcarme de lo macho y varonil, y empezar a ver que en mí también habitaba mucha feminidad y muchos lugares que se relacionaban con la comunidad trans.
¿Qué prejuicios tuviste que destrabar hasta poder llegar a disfrutar de habitar tu feminidad?
- Lidié con muchas situaciones de prejuicio, propias y ajenas. Las más difíciles son las propias…
¿Por ejemplo?
- Montarme para salir a la vereda y pensar “qué va a decir el portero de mi edificio”. Bueno, pienso que hay que hacerse cargo de las cosas que uno elige. Y asumir lo que a uno le gusta. A mí me encanta tener las uñas pintadas, dejó de importarme la clasificación de los otros. Que me pongan donde me quieran poner.
- Mika solo set se presenta los lunes de octubre a las 20 horas en La Tangente (Honduras 5317, CABA).
- Le Frigó, de Copi se presenta el próximo domingo 19 de octubre a las 16 horas en el Teatro Picadero (Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA).