La derrota de River Plate ante Deportivo Riestra el domingo en el Estadio Monumental puso de manifiesto un malestar general con el presente del equipo que dirige técnicamente Marcelo Gallardo. La eliminación por Copa Libertadores frente a Palmeiras y la marca de cuatro derrotas consecutivas (algo que no ocurría desde 2010) son el reflejo de un plantel que, a pesar de sus nombres, no convence ni por su nivel individual ni por su idea táctica. A un par de días de un duelo fundamental frente a Racing por los cuartos de final de la Copa Argentina y con la presión de competir en el Torneo Clausura, el 'Millonario' tiene una deuda pendiente: encontrar un funcionamiento en la recta final del año. Ahora Gallardo tiene que tener variantes para afrontar esta situación
Más allá de la floja imagen que ha demostrado en sus últimas presentaciones, River dejó entrever destellos que, por momentos, permitieron ilusionar a los hinchas en la serie ante el 'Verdao', además de que lo posicionó como uno de los punteros de la Zona B. El entrenador deberá ajustar piezas clave al momento de armar las formaciones y encontrar un esquema que permita potenciar a sus jugadores para evitar que las virtudes que tiene el conjunto de Núñez no queden opacadas por algunos flojos rendimientos particulares o por errores puntuales que le costaron varios goles en contra.
Los ajustes tácticos del River de Marcelo Gallardo de cara a la recta final del 2025
El esquema de cinco defensores, que funcionó de gran manera en el primer tiempo del duelo frente a Estudiantes de La Plata, no resultó ser una fórmula infalible para el 'Millonario'. El gran problema detrás de este planteo es el tipo de futbolistas que Gallardo utilizó para ocupar el mediocampo, un sector de la cancha que quedó expuesto en el primer encuentro contra Palmeiras y que sufrió en los primeros minutos. Al no contar con un cinco de marca (un rol para el que Enzo Pérez no estuvo a la altura), los ataques del cuadro brasileño resultaron ser mucho más dañinos: cuando el DT ajustó este desbalance y colocó a un segundo jugador en esa posición (Juan Fernando Quintero ingresó desde el banco de suplentes y Juan Portillo se ubicó en lugar de Enzo), River mejoró considerablemente su nivel.
Ahí hay una clave para entender dos de los grandes problemas que tiene el equipo: la falta de imaginación para generar ataques y los notorios desajustes defensivos. La prioridad para Gallardo debe ser darle forma a un mediocampo que no termina de asentarse y darle una función lógica a quienes lo integren. Contra Riestra, Santiago Lencina, uno de los talentos con mayor proyección que tiene el club, terminó jugando de extremo por derecha, lejos de los lugares de creación de la jugada; incluso 'Juanfer' debía abandonar el último tercio de la cancha, donde más peligro logra generar, para bajar a recibir (y a asegurarse de que le llegue la pelota) y desde allí intentar lanzar los ataques.
Cuáles son las alternativas que posee Marcelo Gallardo
Son varias las alternativas que posee el entrenador para comenzar el necesario rearmado del plantel, tanto para el último tramo del 2025 como para los desafíos que se presentarán el año que viene. Y un gran porcentaje está en aquellos surgidos en divisiones inferiores: además de Lencina, Agustín de la Cuesta y Thiago Acosta dejaron buenas sensaciones en su debut frente a Atlético Tucumán. Darles minutos en el primer equipo, una cuenta pendiente para Gallardo en este semestre, no sólo les permitiría afianzarse sino que también le daría un nuevo aire, más fresco, a un plantel que por momentos parece falto de ideas e intrepidez.
Con Franco Armani en el arco, aún con resto para ocupar la posición por un tiempo, la aparición de Lautaro Rivero y las mejorías demostradas por Lucas Martínez Quarta en los últimos encuentros, River parece tener una base sólida para construir hacia el futuro en la faceta defensiva. Marcos Acuña y Gonzalo Montiel le suman jerarquía y proyección hacia adelante; ahora, los desafíos son encontrar recambios que estén a la altura (tanto para los centrales como para los laterales) y, para el DT, darle continuidad a una zaga central que, si bien condicionada por los partido entre semana y el trajín de la competencia, cambia constantemente: la última vez que el 'Millonario' repitió actores en su última línea fue en los cruces ante Instituto de Córdoba y San Lorenzo, por la tercera y cuarta fecha del Clausura disputadas el 19 y 27 de julio respectivamente.
En cuanto al ataque, Gallardo encontró en Maximiliano Salas una figura inesperada que destaca por su juego y por su entrega. Acompañarlo es, de cara a lo que viene, casi un deber: River debe contar con delanteros que puedan realizar una presión asfixiante y que puedan darle movilidad en los últimos metros, dos características fundamentales de los equipos campeones del entrenador en su primera etapa en el club. Y, nuevamente, confiar en sus 'pibes': Ian Subiabre (ahora con la Selección Argentina Sub 20), Juan Cruz Meza y Bautista Dadín podrían ser los rostros de una necesaria renovación en ese sector de la cancha.
River Plate aún puede salvar un 2025 marcado por su eliminación en la Libertadores, un golpe a las altas expectativas generadas a principio de año. Con dos competiciones por delante en las que, a pesar de su flojo presente, aún se perfila como candidato, una consagración podría darle un respiro a un proyecto que gastó mucho y logró poco. Todo depende de un importante cambio de mentalidad del grupo, junto con un golpe en el tablero de Marcelo Gallardo, quien deberá demostrar que todavía puede reinventar (y reinventarse) como en sus primeros años, en los que llevó a la institución de Núñez a lo más alto del continente.