En menos de un año, una SAD de Foster Gillett descendió dos veces y jugará en el amateurismo

En menos de un año, una Sociedad Anónima Deportiva propiedad de Foster Gillett descendió dos veces y jugará en el amateurismo del fútbol uruguayo. De qué equipo se trata.

20 de octubre, 2025 | 17.08

Rampla Juniors, equipo del fútbol uruguayo que se transformó a principio de año en una Sociedad Anónima Deportiva, atraviesa en estas horas el peor momento deportivo en sus 114 años de historia: tras la derrota como visitante por 1 a 0 frente a Atenas de San Carlos, el conjunto de Cerro descendió al Divisional C, una categoría amateur. Con el empresario Foster Gillett, el aliado de Javier Milei en el proceso fallido de SAD en Argentina, como propietario del club, el 'Picapiedra' no recibió las inversiones prometidas por el estadounidense: apenas logró cosechar 28 unidades en 31 fechas disputadas y deberá jugar el próximo año en la tercera división.

Este fracaso futbolístico terminó por marcar la fallida experiencia de Gillett en Sudamérica. También en diciembre de 2024, el magnate había llegado a un acuerdo con Estudiantes de La Plata, pero tampoco prosperó: a pesar de haber concretado compras millonarias (como la de Rodrigo Villagra a River Plate, o el pase de Valentín Gómez a Vélez Sarsfield), "desapareció" y todas las transferencias quedaron truncas. En agosto de este año, Rampla estuvo al borde del descenso administrativo por una deuda de 90 mil dólares que el empresario no pagó. "Nos destrozaron. Se cagaron en todo. No escucharon a nadie. Soberbios, inescrupulosos, mentirosos. Por suerte no voté esta vergüenza de SAD. No tengo dudas que nos vamos a levantar porque desde que tengo uso de razón mi abuelo me inculcó que Rampla es inmortal", expresó Ignacio Durán, ex presidente de la institución.

La SAD fallida de Foster Gillett en Rampla Juniors: crónica de un descenso anunciado

A casi un año (exactamente 364 días) de vencer a Nacional por 2 a 1 por la novena fecha del Clausura 2024 en la primera división, Rampla Juniors perdió ante Atenas y quedó sentenciado al amateurismo en 2026. Pocos meses después de aquel triunfo ante el 'Bolso', el cuadro de Cerro bajó a la segunda categoría al quedar entre los últimos tres de la tabla de los promedios.

En diciembre, aprobado de forma mayoritaria en una asamblea de socios (con 131 votos a favor, 24 en contra y dos abstenciones), el club firmó un contrato con el grupo inversor de Foster Gillett a 30 años. En enero asumió como presidente de la comisión directiva del club Gabriel Kouyumdjian, y el panorama parecía esperanzador mientras los hinchas aguardaban por los anuncios de inversiones para traer refuerzos y mejorar la infraestructura.

El elegido para ocupar el cargo de director técnico fue el argentino Leandro Somoza; también se realizó el fichaje de Julio Buffarini, ex Boca Juniors y San Lorenzo, mientras que Humbertito Grondona asumió como director deportivo. Más de diez refuerzos le terminaron de dar forma al plantel 'picapiedra', con el objetivo principal de regresar a Primera. Sin embargo, el debut en el torneo resultó ser un duro golpe de realidad: Colón goleó por 8 a 0 a un desorientado Rampla, que comenzó en ese momento una racha de once encuentros sin poder ganar. Recién en la fecha 12, más de tres meses después, logró su primer triunfo por la mínima, justamente ante Colón.

Mientras el equipo seguía sin levantar cabeza en el torneo, la institución comenzaba a notar los primeros cambios impulsados por su nuevo propietario, quien en simultáneo atravesaba sus primeros conflictos por falta de pagos en Argentina (donde contaba con el apoyo del presidente Javier Milei y varios de sus funcionarios); en febrero se decidió cambiar el diseño del histórico escudo. "Un nuevo comienzo", expresaron en redes sociales. Con el correr de los meses, estos mismos problemas aparecieron en el elenco uruguayo, que comenzó a tambalear pasada la primera mitad de año.

Atrasos en los pagos a futbolistas, entrenadores y empleados del club, un pasivo que roza los siete millones de dólares y un rescate de la Asociación Uruguaya de Fútbol marcaron el panorama de Rampla Juniors, que estuvo cerca del descenso administrativo en varias ocasiones. Lejos quedaron los sueños de profesionalización y las millonarias obras para remodelar el Estadio Olímpico: complicado financieramente y con un presente deportivo que no acompañaba (Leandro Somoza fue reemplazado por Mario Saralegui en el cargo de DT), el destino del 'Picapiedra' se tornaba riesgoso.

Somoza llegó a dirigir apenas diez partidos en Rampla: se fue sin victorias, con un saldo de tres empates y siete derrotas.

Finalmente, este pasado domingo 19 de octubre se concretó la peor noticia: tras la derrota frente a Atenas en la última fecha del certamen, Rampla quedó sentenciado al amateurismo y jugará en la tercera división del fútbol uruguayo en 2026. El golpe significa un impacto muy grande para una institución centenaria, que llegó a ser campeón en 1927 y que nunca había perdido su lugar en el profesionalismo: ahora, deberá afrontar esta dura experiencia bajo la gestión extranjera del grupo de Foster Gillett, que poco pareció interesarse por el declive del club en este 2025.