Las importaciones volvieron a crecer fuertemente en junio pasado y, aunque la balanza comercial sigue siendo positiva, la diferencia es cada vez menor y le pone más presión a la falta de acumulación de reservas en un momento crítico para el gobierno de Javier Milei.
Concretamente, el Indec mostró que el intercambio comercial argentino (ICA), que mide la exportación e importación de bienes del país, dio en junio pasado un saldo positivo de 906 millones de dólares.
Es decir, Argentina exportó en el mes pasado un total de 7.275 millones de dólares en bienes, e importó menos, solo 6.370 millones de dólares. El balance es positivo para el Gobierno, ya que se trata del 19º mes consecutivo con superávit comercial, es decir, todos desde la asunción de Milei en diciembre de 2023.
La tendencia: cada vez más importaciones
Sin embargo, lo preocupante es la tendencia. Las exportaciones efectivamente aumentaron un 10,8% interanual, pero las importaciones aumentaron mucho más: un 35,9%.
El agregado demuestra que la situación es bastante peor. En todo el primer semestre de 2025, el saldo comercial fue superavitario en 10.700 millones de dólares, pero entre enero y junio de 2025 el superávit fue de solo 2.788 millones de dólares, un 75% menos.
Las cifras son un fiel reflejo de la macroeconomía actual. Por un lado, la actividad se encuentra en niveles superiores que en el peor momento del ajuste de shock de Milei, en el primer semestre de 2024, lo que explica en buena medida la suba de las exportaciones.
Al contrario, por el otro, este año el atraso del dólar es mucho mayor que el año pasado, como lo demuestra el tipo de cambio real multilateral (TCRM) medido por el Banco Central, que se ubicó en junio en casi 90 puntos, una pérdida del 43% frente a los 160 puntos en los que se ubicaba tras la devaluación de diciembre de 2023. Del mismo modo, en 2025 hay también más medidas de desregulación comercial (es, por ejemplo, el caso de indumentaria y textiles, cuyos aranceles se redujeron en abril último).
La consecuencia lógica es un enorme aumento de las importaciones, mucho mayor que el de las ventas al exterior. Ciertamente, por la mayor actividad respecto a la crisis del año pasado, la importación de bienes de capital aumentó casi un 100% interanual para totalizar unos 1.200 millones de dólares en el mes.
Pero esta cifra termina siendo menor que la enorme suba de la importación de bienes finales, evidente efecto directo de la apertura comercial, si se combinan tanto los de consumo (+90%) como los vehículos terminados (+248%).
Déficit en la balanza de pagos y falta de reservas
De este modo, el superávit comercial cada vez menor termina siendo un factor clave para que la balanza de pagos haya sido fuertemente deficitaria en el primer trimestre.
Se trata de la cuenta que a la exportación e importación de bienes (balanza comercial) le suma el intercambio total con el exterior, incluyendo también servicios, rentas o transferencias.
Según el Indec, entre enero y marzo de 2025, la balanza de pagos fue negativa en más de 5.100 millones de dólares, una situación en la que pesó especialmente un crecimiento de un 114% en los viajes, sobre todo por turismo emisivo. Es decir, por el dólar atrasado, la importación de bienes es cada vez mayor, tanto que la mayor exportación de bienes no llega a compensar la salida de divisas.
Así, la balanza comercial se volvió también una causa central para la falta de acumulación de reservas. Una situación sobre la cual los mercados, y no ya solo el FMI, empezaron a llamar formalmente la atención en las últimas semanas, sobre todo a partir del informe negativo del JP Morgan.
Mientras el banco de inversión estadounidense señala explícitamente el problema del turismo emisivo y el FMI demora la aprobación de la primera revisión del acuerdo, el Gobierno debe salir a realizar licitaciones de emergencia para evitar que la base de pesos disponibles se vaya al dólar. No sea cosa de que el tipo de cambio suba más de un 10% antes de las elecciones.
El problema es que ahora el dólar barato y el "festival de importaciones" 2.0 ya le empiezan a pasar factura a Luis Caputo incluso entre sus propios amigos en el exterior.