El modelo de ajuste del gobierno de Javier Milei profundiza la caída de ingresos y obliga a las familias a tener más fuentes de ingresos para hacerle frente a la crisis. En ese marco, un relevamiento de Comisión de Asuntos Laborales de la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe reveló que alrededor de 120 mil personas necesitan tener dos trabajos para poder cubrir los gastos básicos y llegar a fin de mes.
Las medidas del libertario y la réplica que establece el gobernador Maximiliano Pullaro muestran una radiografía que evidencia el aumento del pluriempleo. El presidente de la Comisión provincial, Joaquín Blanco, advirtió que “cada vez son más los santafesinos que requieren un segundo ingreso para poder sostenerse”.
El estudio remarca que esto no es un hecho aislado, sino parte del contexto económico nacional por las medidas económicas del ministro Luis Caputo. La combinación de precarización, pérdida de poder adquisitivo y caída del consumo configura un panorama especialmente complejo para la provincia. Aunque el surgimiento de nuevas tecnologías facilita trabajos de pocas horas que pueden tomarse como segunda ocupación, la tendencia también responde a estrategias de los hogares para compensar la pérdida de ingresos.
Con el salario pulverizado y la incertidumbre en ascenso, Blanco señaló que esta situación se da tanto en trabajadores formales como informales. “Esto va acompañado por un aumento de la precarización laboral. Uno de cada dos jóvenes que trabajan está precarizado, y cuatro de cada diez mujeres se encuentran en la misma situación”, detalló.
Economía de subsistencia
Mientras Milei elogia el acuerdo con EEUU y anunció una reforma laboral, el informe de la Comisión pone el foco en el crecimiento de lo que Blanco definió como “economía de subsistencia”, un fenómeno que incluye el autoempleo en condiciones precarias, como el trabajo a través de aplicaciones de delivery o transporte, la producción y venta de alimentos caseros, y la expansión de los mercados informales o semi-ilegales.
“Son estrategias que muchas familias adoptan para sobrevivir, pero que reflejan el deterioro del mercado laboral formal y la pérdida del poder adquisitivo”, explicaron desde la Comisión al medio Cadena 3.
El deterioro económico también se refleja en otros indicadores. El consumo en supermercados cayó un 15% en comparación con 2024, lo que indica que los hogares de clase media y baja redujeron su compra de alimentos básicos. A su vez, la demanda en la salud pública aumentó un 40% en el mismo período. Esto se debe a que muchos santafesinos perdieron su cobertura médica o ya no pueden afrontar el costo de una prepaga o mutual.