La economía sigue presionando el bolsillo de las familias argentinas y las políticas económicas como la devaluación del presidente Javier Milei provocaron que los argentinos deban cambiar sus hábitos en la mesa. El precio de la carne vacuna sigue siendo elevado, y eso lleva a que los consumidores se decanten por productos más accesibles como el pollo y el cerdo. Según un relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los precios minoristas promedio de la carne vacuna en Rosario mostraron un aumento del 7,2% con respecto al mes anterior y un alza del 64,9% en relación con marzo de 2024.
La demanda cae por la crisis económica que impacta de lleno en el poder adquisitivo y esto se traduce en la drástica caída del consumo de carne vacuna: según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA), en 2024, el consumo de carne vacuna en Argentina alcanzó el nivel más bajo desde 1920, con un promedio de 47,7 kilos por persona al año, un 9% menos que en 2023.
Con una inflación de marzo que se ubicó en el 3,7%, la más alta en los últimos siete meses, el relevamiento realizado por el IPCVA durante la primera y la segunda quincena de marzo evidencia un preocupante panorama en torno al presente y futuro de los movimientos de los precios. Las medidas de ajuste del Gobierno nacional y el apoyo al modelo económico por parte del gobernador Maximiliano Pullaro siguen pulverizando el salario de los santafesinos.
Los precios minoristas promedio de la carne vacuna alcanzaron un precio de $11.369. De acuerdo al informe, las mayores subas en territorio rosarino durante el mes pasado se dieron en la falda (9,6%), la bola de lomo (9,5%) y el cuadril (9,3%). Según el informe, el precio del kilo llegó a $8.060 en el caso de la falda, a $12.245 en la bola de loma y a $13.065 en el caso del cuadril.
En cambio, los menores aumentos en sus precios fueron el osobuco (1,5%), el peceto (5,1%) y el bife ancho (5,4%). El precio de la media res en esta plaza muestra una variación del 3,9% con respecto al mes anterior, con un precio de $6.256, y del 57,8% en comparación al mismo mes del año pasado.
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En este escenario, el consumo de carnes alternativas como el cerdo y el pollo creció significativamente. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, por primera vez en la historia argentina, el consumo de carne aviar (49,3 kilos por persona) superó al de carne vacuna. Esto se debe en parte a su menor costo, ya que con el valor de un kilo de carne vacuna se pueden adquirir hasta tres kilos de carne aviar. El pollo, en particular, se convirtió en una opción popular debido a su versatilidad y precio accesible, con cortes como suprema, pata y muslo o alitas liderando las ventas.
Según los datos que relevó el IPCVA, el precio del pollo fresco exhibió una variación del 7%, con respecto a febrero 2025 (llegó a un precio de $3.684) y una aumento interanual del 43.2%. Por su parte, el precio del pechito de cerdo tuvo un aumento del 1.2% con respecto al mes anterior ($7.405), y del 75.3% comparándolo a los valores registrados un año atrás.
El consumo en supermercados vuelve a desplomarse en marzo
El consumo en las grandes cadenas de supermercados volvió a desplomarse en marzo respecto del mismo mes del año pasado, en pleno pico de la recesión generada por el ajuste de Javier Milei, con lo cual lleva ya una racha negativa de 15 meses consecutivos, casi desde el inicio del actual Gobierno.
Así lo confirmaron a El Destape fuentes cercanas al sector supermercadista, la cuales precisaron que, en marzo pasado, el consumo en las grandes cadenas fue entre un 5% y un 7% menor que en marzo de 2024. Lo más preocupante es que esta baja se da, a su vez, sobre el desplome del 7,3% que el consumo en supermercados había mostrado un año atrás, si se compara con el dato de la consultora especializada en consumo Scentia. Es decir, las ventas en los supermercados son ahora de varios puntos menos que en el peor momento de la recesión generada por el ajuste de shock de Milei.
De este modo, se confirma, tal como había adelantado este medio, que son 15 los meses seguidos en los que el consumo en supermercados cae en el registro interanual. El último positivo fue diciembre de 2023, en el que la recesión comenzó a impactar recién a mitad de mes, cuando el indicador repuntó 1,4% interanual.
Luego, todo fue cuesta abajo hasta la caída del 22% interanual en septiembre, según Scentia. Desde entonces, la baja comenzó a desacelerarse hasta el 9,8% de caída interanual de febrero que marcó esta consultora. Si se encadena el dato anticipado desde el ámbito supermercadista para marzo, se trataría del sexto mes consecutivo en el que la caída es menor que en el mes previo.
A mediados de marzo, las fuentes habían señalado que el consumo venía cayendo aproximadamente un 7% interanual, pero que ese número se veía influido por el cierre temporal de los supermercados en Bahía Blanca debido a las inundaciones, y que si se quitaba ese efecto de la muestra la caída en el consumo era de aproximadamente 5,5%. Sin embargo, con la paulatina reapertura de los locales en la ciudad bonaerense es de esperar que este efecto se haya ido diluyendo, con lo cual si la cifra definitiva es finalmente más cercana al 7%, probablemente se la pueda tomar como una caída real y homogénea en todo el país.