El cambio climático existe: la era de hielo para la industria bajo las políticas de Milei

De acuerdo a un informe del Grupo Atenas, las decisiones oficiales sobre la política económica configuraron un nuevo mapa en el país, donde el cierre de empresas y los despidos tuvo mayor incidencia en las provincias vinculadas al desarrollo del mercado interno. 

08 de octubre, 2025 | 00.05

La destrucción de puestos de trabajo y de empresas, sobre todo pequeñas y medianas, ocurrió en un mayor porcentaje en aquellas provincias y ciudades cuyo entramado productivo está pensado para el desarrollo del mercado interno. Es decir, hubo un fuerte sesgo ideológico en las decisiones de política económica de la administración Milei. Esta es la principal conclusión de un nuevo informe del Grupo Atenas, que analizó la situación de 100 empresas a lo largo de todo el país.

“Este fenómeno no es aislado ni coyuntural: refleja un proceso sistemático de destrucción del tejido productivo, particularmente entre las pymes, que constituyen el corazón del empleo argentino”, puede leerse en el trabajo que lleva las firmas de los economistas Martín Pollera y Mariano Macchioli.

Durante los dos años de la Libertad Avanza manejando las riendas del Poder Ejecutivo, se registraron 16.322 cierres de empresas, lo que equivale a 28 cierres por día, y una pérdida de 236.139 empleos formales, o 408 trabajadores diarios.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

“Nunca antes —ni siquiera durante la pandemia— se había verificado un deterioro tan acelerado en el sector privado formal. Este desempeño ubica a la actual gestión entre las peores de las últimas dos décadas en materia de densidad empresarial. Para dimensionarlo, en los primeros 19 meses del mandato de Néstor Kirchner, se habían creado 69.010 empresas; en contraste, la pandemia —una calamidad sanitaria sin precedentes— provocó el cierre de alrededor de 20 mil firmas”, puede leerse en el informe citado.

Las preguntas claves

¿Por qué hay menos empresas? ¿Qué sucede cuando empresas se achican, se ajustan o directamente cierran? ¿Cómo impacta esto en el mundo laboral? ¿Cuáles son las ciudades más afectadas por la era de hielo industrial de la administración Milei? Estas preguntas guiaron el último trabajo del Grupo Atenas que avanzó en un análisis sobre la morfología de la actual crisis económica generada a partir de una serie de decisiones políticas bien precisas.

Las medidas vinculadas a la actual crisis tuvieron (y tienen) que ver con el retraso deliberado del tipo de cambio, que erosionó la rentabilidad industrial; el fomento de una ola importadora en un contexto global cada vez más proteccionista —con Estados Unidos a la cabeza—; y la fijación de una tasa de interés en dólares fuera de todo parámetro razonable a escala internacional y, en pesos, más de 20 puntos por encima de la inflación, lo que debilitó el crédito al sector privado. A ello se sumaron, además, las promesas incumplidas del RIGI, cuyas inversiones nunca llegaron a concretarse.

“Argentina atraviesa una crisis profunda que combina desequilibrios macroeconómicos con una rápida desintegración de su entramado productivo. Si bien los primeros meses de 2025 mostraron un rebote estadístico tras la recesión de 2024, la falta de una estrategia de desarrollo y de generación sostenida de divisas derivó en un estancamiento generalizado. Detrás de los indicadores globales se esconde una dinámica microeconómica preocupante: miles de empresas ajustan o cierran, afectando el empleo, el consumo y la cohesión social”, indicaron desde el Grupo Atenas.

El mapa de la crisis

El relevamiento se basó en la identificación y sistematización de 100 casos de empresas en situación crítica o con riesgo de cierre. Se incluyeron compañías de distinto tamaño (micro, pequeñas, medianas y grandes), de diferentes regiones del país, pertenecientes a múltiples sectores económicos y con capital tanto nacional como extranjero.

Las conclusiones fueron alarmantes:

  • En el caso de las pymes, la respuesta a la crisis fue drástica: un 54% aplicó suspensiones de personal y un 55% directamente cerró sus puertas ante la imposibilidad de sostener la actividad. La falta de financiamiento y de margen de maniobra convierte a las pymes en las más vulnerables frente a un contexto recesivo.
  • Entre las medianas empresas, la estrategia predominante fue distinta: el 60% recurrió a despidos, aunque no se registraron cierres definitivos. Estas firmas lograron sostener su funcionamiento, aunque a costa de un ajuste importante en sus plantillas laborales.
  • En las grandes compañías, la principal respuesta también fue la reducción de personal mediante despidos y suspensiones. Los cierres, sin embargo, se dieron en una proporción marginal, lo que refleja una mayor capacidad de resistencia frente a la crisis.
  • En las pymes, un 78% atribuyó la crisis a la caída de la demanda y de las ventas, mientras que un 10% señaló la competencia de importaciones.
  • En las medianas, el 40% también identificó la caída de ventas como causa principal. La dificultad de las firmas de trasladar a precios sus aumentos de costos, provocó que la pérdida de rentabilidad (20%) sea identificada como la segunda razón que explica. La competencia externa corre por detrás con el (7%).
  •  En las grandes empresas, la caída de ventas continuó siendo la principal causa (37%), aunque en una proporción menor, mostrando que su estructura les permite diversificar los factores de explicación

La crisis productiva configuró un nuevo mapa donde la distribución de los despidos y cierres no fue azarosa. Las provincias más integradas al mercado interno y con menor orientación exportadora fueron las más afectadas

  • Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): epicentro de cierres y suspensiones, por la densidad de pymes industriales, textiles, metalmecánicas y alimenticias.
  • Cinturón cordobés y santafesino: fuerte caída en autopartes, maquinaria agrícola y metalurgia.
  • Región cuyana (Mendoza, San Juan, San Luis): crisis en construcción y materiales, con empresas paralizadas.
  • NEA y NOA: deterioro de firmas textiles, alimenticias y forestales, dependientes del consumo interno y del gasto público.


“A todas luces, los mapas revelan una desarticulación del entramado productivo nacional, con rupturas horizontales y verticales en las cadenas de valor. En las regiones industriales, se interrumpe la continuidad entre proveedores y ensambladores (casos típicos en autopartes o electrodomésticos). En las economías regionales, la pérdida de empresas medianas desarma la trama que conecta producción primaria, procesamiento local y distribución. En las grandes urbes, el cierre de pymes multiplica el cuentapropismo y la informalidad, degradando la calidad del empleo”, concluyó el Grupo Atenas.