El ministro Caputo insiste en su contabilidad creativa para mostrar un Banco Central "sólido"

En nuevas declaraciones, el ministro obvió el traspaso de buena parte de las deudas de la entidad monetaria a manos del Tesoro. En el consolidado entre el Tesoro y el BCRA se registra un aumento de la deuda de u$s13.285 millones, mientras las reservas son negativas en u$s13.671 millones.

25 de julio, 2025 | 00.05

El Gobierno no sólo suele recortar un perfil de la foto para justificar sus aseveraciones en materia económica, sino que, principalmente, oculta otras instantáneas que reflejan el mal desarrollo de la película completa. Este jueves, en la previa a su presentación en la Exposición de La Rural, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que “no hay un problema con las reservas” y que el Banco Central “está en una situación sólida, con activos que sobre-respaldan los pasivos que tiene”. Los propios datos de la autoridad monetaria que conduce Santiago Bausili dan cuenta que el neto entre activos y pasivos es (equivalente al tipo de cambio actual) de apenas 23 millones de dólares. Este ajustado desempeño no tiene en cuenta el traspaso de la deuda del Banco Central a manos del Tesoro, los compromisos que asume la entidad por la intervención en el mercado de futuros –que deberá pagar en pesos por el diferencial en caso de que haya una devaluación, algo que ya descuenta el mercado—y la emisión contra tasas de interés, también intervenidas por el equipo económico, que se dispararon frente al desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LeFi) que no logró ser absorbidas por instrumentos del Tesoro.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en que está todo bien, pero se demora el resultado de la revisión, donde el principal compromiso del Gobierno fue la acumulación de reservas. La reservas netas a fin de junio alcanzaron a los 13.671 millones de dólares negativos, casi el doble de las heredadas en diciembre del 2023 (-7.744 millones de dólares), según el relevamiento del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES). “Estamos trabajando para apuntalar las reservas”, fue el mensaje que dio antes de ingresar al convite agropecuario al mercado. Lo cierto es que el Gobierno está en serias dificultades para acumular reservas genuinas, con un tipo de cambio atrasado que erosiona la competitividad y, por ende, el desempeño del intercambio comercial externo. Por su parte, las puertas del mercado comienzan a cerrársele a Caputo (como le sucedió en 2018), con un riesgo país que no baja de entre los 700-800 puntos.

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Cambio de realidad por deuda

Un documento de Quantum Finanzas informó que la evolución del stock de la deuda bruta, entre julio de 2024 y junio de 2025, aumentó en 13.285 millones de dólares. “Este crecimiento incluye el primer registro tras el traspaso al Tesoro de los pasivos remunerados del BCRA, un cambio que alteró la contabilidad y la distribución institucional de la deuda”, señala el informe de la consultora.

Del total de la deuda, el 55 por ciento está denominada en moneda extranjera (257.940 millones de dólares), mientras que el restante 45 por ciento corresponde a obligaciones en pesos. La apreciación del peso argentino impactó especialmente en los instrumentos indexados por CER y en aquellos con capitalización de intereses.

La deuda medida en dólares aumentó por el impacto de la apreciación real del peso sobre las obligaciones en moneda local ajustable por CER y ARS con capitalización de la tasa de interés”, agrega Quantum. Durante el período analizado, el CER subió un 39,2 por ciento y el tipo de cambio oficial un 28,3 por ciento, encareciendo en dólares la deuda indexada. Mientras se registró una disminución del stock total, debido a la capitalización de intereses de LECAP y BONCAP por 39.588 millones de dólares y al ajuste por CER por 10.397 millones, la depreciación nominal del tipo de cambio contribuyó a una baja en el valor de la deuda de 15.975 millones. El informe insiste en que el traspaso de los pasivos remunerados del BCRA al Tesoro modificó el perfil de la deuda pública, reforzando la importancia de la consolidación para entender la carga real. Por su parte, alerta que la concentración de la deuda en moneda extranjera, la indexación por CER y el financiamiento intra-Estado configuran un escenario complejo que demanda un monitoreo constante desde la política económica.

El análisis consolidado, a partir de la contabilidad creativa de Caputo, permite excluir las tenencias cruzadas de deuda entre organismos públicos, principalmente los pasivos remunerados del BCRA que fueron transferidos al Tesoro y las tenencias de títulos públicos en manos de distintas agencias del Estado. Si se incluye el primer registro luego del traspaso de los pasivos remunerados del BCRA al Tesoro, una decisión que modificó la contabilidad de la deuda y su distribución institucional, es que se ve un aumento de la deuda superior (y de signo contrario) a las reservas negativas que tiene actualmente el BCRA. Por ejemplo, deja afuera la emitida por el Central en BOPREAL, que ya supera los 13 mil millones de dólares, más otros 3.000 millones en un crédito REPO que tomó con bancos comerciales.

La Secretaría de Finanzas y el Banco Central, en un intento por bajar aún más el stock de deuda de la autoridad monetaria y traspasarla al Tesoro, realizó un canje a valor nominal original de hasta 28 billones de pesos de LeFi contra entrega de una canasta de Letras del Tesoro Nacional Capitalizables en pesos (LECAP) y Bonos del Tesoro Nacional Capitalizables en pesos (BONCAP), con vencimientos en agosto, septiembre y octubre de 2025. El Banco Central compró el stock total de LeFi, equivalente a 15,5 billones de pesos, que los bancos aún conservaban en cartera. Esta operación, realizada el 10 de julio, disparó la base monetaria de 33 a 43 billones de pesos en apenas una jornada.

En medio de la creciente tensión financiera que siguió al desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (LeFi), las asociaciones bancarias habían advertido al Gobierno sobre los riesgos de liberar 10 billones de pesos sin un esquema de absorción eficiente. En una carta dirigida al Banco Central y firmada por las principales asociaciones de bancos (Adeba, ABA, Abappra y ABE), propusieron una serie de mecanismos para mitigar el impacto en la liquidez del sistema y evitar la volatilidad en las tasas en pesos. En esa licitación extraordinaria de la semana pasada, Finanzas terminó convalidando tasas del 47 y 48 por ciento anual para los plazos cortos (entre 15 y 30 días), hasta 15 puntos por encima de lo convalidado en la licitación anterior, mostrando ya la inquietud de los bancos en la gestión de liquidez.

Esta suba de tasas, de no estabilizarse pronto, impactará en las tasas bancarias, tanto activas como pasivas, incorporando un ingrediente adicional que podría significar un lastre para el despegue de la actividad económica. Además, de mayores costos para el BCRA. “Parte de la suba violenta de la caución (tasa de corto plazo para préstamos entre bancos) de esta semana fue por inversores que habían entrado a la subasta del Ministerio de Economía apalancados, pero eso genera impactos a nivel macro. Según estadísticas del Central, diariamente se dan préstamos por Adelantos en cuenta corriente a empresas por cerca de 3 billones de pesos y esa tasa promedió 86,3 por ciento anual este martes versus 36,6 por ciento promedio la semana pasada”, detalla la consultora 1816. “En la práctica, la base monetaria puede cambiar notablemente con cada licitación quincenal del Tesoro, en función de las decisiones individuales de cada banco (que deben no solo anticipar sus necesidades de caja para las próximas semanas sino también hacer supuestos sobre la postura de las demás entidades) y de las tasas de corte que establece Economía”, advierte el informe. Esto impactará en la emisión de pesos contra reservas que no crecen.

Para amortiguar la disparada del dólar el equipo económico se enfocó en la intervención en tasas pero también en la operatoria con contratos a futuro. En su último relevamiento, el BCRA reportó que la posición en dólar futuro creció por el equivalente (se negocia y se paga en pesos) por 1,8 mil millones en lo que va de julio, alcanzando un neto estimado de 3,7 mil millones. Si fuese poco, esas posiciones están ahora concentradas en contratos de corto plazo y no en diciembre, lo que le pone mayor presión en los próximos meses. El impacto en el balance del Central estará dado por el comportamiento del dólar. Si sube más de lo que busca como señal el Gobierno, deberá pagar la diferencia a los tomadores de esos contratos.

En el único punto donde se registró una caída neta de deuda en dólares fue con la decisión de aplicar el préstamos del FMI de 12.400 millones de dólares a cancelar deuda en Letras Intransferibles con el Banco Central. Aunque el efecto debería haber sido neutro, ya que se canceló una deuda con otra deuda, el Tesoro no le reconoció al BCRA el valor de las Letras Intransferibles y le aplicó un descuento, perjudicando el balance de la entidad.