El reconocido economista Robin Brooks, ex Jefe de Estrategia de Goldman Sachs y ex economista del Fondo Monetario y del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), lanzó una dura advertencia sobre la política cambiaria argentina, señalando que el país está entrando en una nueva espiral devaluatoria. A través de su cuenta de X /ex Twitter), Brooks afirmó que el peso argentino está sobrevaluado en un 30% en comparación con sus pares de mercados emergentes.
Brooks, quien ya había sido crítico de la gestión del tipo de cambio por parte del gobierno de Javier Milei, recordó el principio del fin del mandato de Mauricio Macri en agosto de 2019, estableciendo un paralelismo con la situación actual. "Argentina está atrapada en el mismo ciclo de siempre: entusiasmo inicial, luego fatiga reformista y luego devaluación explosiva. El tipo de cambio paralelo (blue) ya está en esa dirección", sentenció.
El post comicios comenzó con una suba del tipo de cambio oficial, al que el equipo económico parece haberle soltado la mano especulando con la posibilidad de que toque el techo de la banda (de 1.470 pesos). Luego, con ayuda de bancos oficiales, frenó la disparada y estableció un nuevo piso por encima de los 1.400 pesos.
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El dólar en el Banco Nación se ofreció en las primeras operaciones de este lunes en 1.450 pesos, lo que implicó un alza de 5,1 por ciento intradiario. Se trata de un guarismo que se replicó en todas las variantes del mercado y en los contratos a futuro, donde la posición de octubre (mes de las elecciones generales de medio término) se pactó en 1.529 pesos; diciembre en 1.600 y para junio de 2026, en 1.800 pesos, según el Rofex.
No flota, se hunde
Brooks trabajó durante ocho años como economista en el Fondo Monetario Internacional, donde trabajó en los modelos de valor razonable del FMI para divisas. El economista defiende la libre flotación del tipo de cambio, argumentando que la fijación del peso al dólar estadounidense es un error recurrente en la historia argentina. Tras la devaluación inicial en diciembre de 2023, el gobierno adoptó un tipo de cambio móvil al dólar, pero la alta inflación rápidamente erosionó la competitividad cambiaria, impidiendo que el país se beneficiara de un sector exportador más dinámico.
Para Brooks, intentar implementar reformas profundas con un tipo de cambio sobrevaluado es un error. "Es necesario permitir que el peso flote libremente. Eso conllevará una gran devaluación, pero, si se permite, dicha devaluación persistirá y generará crecimiento en el sector exportador argentino, lo que a su vez hará que las reformas sean políticamente más sostenibles", explicó.
Las críticas de Brooks se suman a las de otros economistas que cuestionan la estrategia cambiaria del gobierno. Luego de haber propuesto a sus clientes adquirir deuda argentina para aprovechar sus bajas cotizaciones (a precios de 'ganga'), el banco Morgan Stanley revirtió su consejo y ahora aconseja no sumar bonos argentinos en sus cartera de inversiones, anticipando mayor incertidumbre y posibles caídas en el precio de los bonos. La entidad con sede en Nueva York cambió su postura de "neutral-positiva" a "favorable retirada" sobre los bonos argentinos tras los resultados electorales en Buenos Aires. Respecto del tipo de cambio, anticipa un debilitamiento del peso frente al dólar y una mayor intervención oficial.
Por su parte, el gigante financiero Wells Fargo señaló este lunes en un informe que, tras ver los resultados en el principal distrito del país, no descarta que el peso entre en “condiciones de crisis”. En esa línea, el banco norteamericano señaló que, si bien no modificó su proyección de un peso más débil a lo largo de su horizonte de pronóstico, el balance de riesgos ahora se inclina firmemente hacia la baja de la moneda.
El Wells Fargo advierte que sus pronósticos de tipo de cambio a largo plazo podrían alcanzarse antes de lo previsto y que “no podemos descartar condiciones de crisis, especialmente ahora que la mayoría de los controles de capital han sido levantados". Los analistas de este banco de inversión aclaran que “las elecciones legislativas de mitad de mandato en octubre" serán “la verdadera prueba de si Argentina puede trazar un nuevo futuro económico", pero aclaran que “los desarrollos recientes plantean dudas sobre si existe apetito por un cambio duradero”.