Se aceleran importaciones, peligran las reservas y crece la presión sobre el dólar

Las importaciones este año podrían alcanzar los u$s78.000 millones, un nivel compatible para una expansión económica prevista recién para 2030. 

18 de agosto, 2025 | 15.53

El esquema monetaria de La Libertad Avanza muestra profundas fisuras y comienza a presionar sobre el objetivo de acumulación de reservas. El atraso cambiario, producto de constantes giros en la “estrategia” financiera y la decisión de jugarse al pleno del “dólar barato” hasta las elecciones de medio término, profundizó la estructural restricción externa. “Si Argentina no acumula reservas, el riesgo país no baja y la deuda no se refinancia, el superávit comercial necesario para pagar capital e intereses de la deuda soberana no es compatible con este nivel del tipo de cambio real”, sostiene el informe de la consultora PxQ.

El principal problema del esquema actual de Javier Milei es que el nivel de importaciones que el país podría tener en 2030 estaría cerca de alcanzarse este mismo año: 78.000 millones de dólares anuales implican un nivel de importaciones promedio mensual en el orden de los 6.500 millones, sin que las exportaciones equiparen ese incremento para sostener el saldo comercial positivo. En el primer semestre de 2025 el promedio de importaciones fue de 6.159 millones de dólares, contra exportaciones de 6.624 millones mensuales.

De acuerdo con el último informe del INDEC, el intercambio comercial del primer semestre arrojó un saldo comercial de 2.788 millones de dólares, un cuarto del nivel que se registró en el mismo período del año pasado (10.742 millones). Esto se explica por un salto de 34 por ciento en las importaciones en los primeros seis meses del año (36.954 millones de dólares) frente a igual lapso de 2024 (27.458 millones), mientras las exportaciones avanzaron apenas 4 por ciento, de 38.199 millones de dólares en el primer semestre de 2024 a 39.742 millones en la primera mitad de este año.

El futuro llegó hace rato

El frente externo tiene potencial, a partir de la continuidad en el avance de Vaca Muerta y el inicio de inversiones en la minería tradicional y el litio. Sin embargo, en el corto plazo la apuesta libertaria está enfocada en una supuesta lluvia de inversiones; una reedición de la promesa macrista que nunca se precipitó. En el último trimestre del año, el BCRA informó egresos netos de inversión extranjera directa en Argentina por 356 millones de dólares.

Cuanto más se crea en la hipótesis libertaria de “lluvia de inversiones” pos elección y tándem BCRA-Tesoro opere en consecuencia aumentando su exposición al tipo de cambio, más difícil será que una (necesaria) corrección cambiaria no desancle el proceso de baja de la inflación”, detalla la consultora de ex vicemistro de Economía Emmanuel Álvarez Agis.

El esquema macroeconómico pagó un costo altísimo al perderse la oportunidad de acumular el extraordinario ingreso de divisas del segundo trimestre de este año y “prefirió promover una nueva apreciación cambiaria que permitiera que la baja de la inflación conviviera con la continuidad del aumento del consumo privado”, con altísimo componente importado como resultado de la apreciación real.

En 2024 Argentina tuvo exportaciones por casi 80.000 millones de dólares e importaciones por 61.000 millones, constituyendo un superávit comercial de 19.000 millones. Esas exportaciones se dieron en un marco donde los combustibles aportaron casi 10.000 millones de dólares, la minería 9.000 millones y el campo 34.000 millones. “Asumiendo velocidades de desarrollo del sector primario razonables, y contemplando los requerimientos de importaciones presentes que implica ese incremento de exportaciones futuras, para 2030 Vaca Muerta podría estar triplicando sus exportaciones (siendo otro campo) y la minería podría duplicarlas”, explica el informe de PxQ.

“Si este fuera el caso, las importaciones podrían pasar a la zona de los 78.000 millones de dólares, guarismo compatible con un país que refinancie el capital de su deuda soberana pero al tiempo que paga intereses sin presionar sobre el nivel del tipo de cambio”, agrega el documento. Si bien en el corto plazo el techo de la banda pareciera contar con reservas para garantizar un tipo de cambio fijo, tocar ese techo en la previa de la elección es cada vez más probable. Esto no solo podría complicar la frágil estabilidad actual, sino también poner al Gobierno en modalidad defensiva de cara a la elección.