Las cuatro claves para que las mujeres logren una longevidad saludable, según los expertos

Cuatro claves para la longevidad saludable en las mujeres, según  Andrea LaCroix, profesora de la Escuela de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de la Universidad de California en San Diego

25 de septiembre, 2025 | 20.29

A partir de cierta edad, cuidar el cuerpo es importante para prevenir ciertas enfermedades o hacerlas más llevaderas. Por lo tanto, los expertos en salud recomiendan llevar adelante un estilo de vida saludable, que incluya actividad física regular, buen descanso y una alimentación que contemple los nutrientes que el cuerpo necesita.

Además, hay recomendaciones específicas según el género, especialmente para las mujeres que atraviesan distintas etapas de la vida, como el embarazo o la menopausia. Según un artículo publicado en el The New York Times, hay "hormonas que desempeñan un papel importante en la salud". 

"Y ciertas enfermedades, como la osteoporosis y la demencia, afectan más a las mujeres que a los hombres, disparidad que se cree causada –al menos en parte– por la menopausia", asegura el artículo. Sin embargo, en lo que se refiere a comportamientos básicos que mantienen saludables a las personas, "los expertos afirman que hay más similitudes entre hombres y mujeres que diferencias".

En lo que respecta a la longevidad, Andrea LaCroix,  profesora de la Escuela de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana Herbert Wertheim de la Universidad de California en San Diego, aseguró que se aprendió más sobre esta etapa en las mujeres.

“Lo que no hemos comprobado es que seamos fundamentalmente diferentes de los hombres en los comportamientos de salud que predicen la longevidad”, explicó. El artículo señala cuáles son las cuatro claves para la longevidad saludable en las mujeres.

Los cuatro claves para una longevidad saludable en las mujeres

Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es el ejercicio, tanto mujeres como hombres deberían hacerlo del mismo modo, especialmente a lo que se refiere al entrenamiento de fuerza. Ambos experimentan una pérdida muscular gradual y progresiva, sobre todo a partir de los 30.

Entonces, si al empezar los 60 o 70 años con menos músculo, se corre el riesgo de desarrollar sarcopenia: una pérdida muscular clínicamente significativa que puede afectar las actividades cotidianas. "Las mujeres posmenopáusicas también tienen un riesgo sustancialmente mayor de osteoporosis. El entrenamiento de fuerza es una de las mejores formas de ayudar a protegerse contra estas dos enfermedades".

De acuerdo a las guías de actividad física para los estadounidenses, se recomienda al menos 150 minutos de actividad cardiovascular de intensidad moderada a la semana, junto con dos días de entrenamiento de fuerza.

La segunda clave es prestar atención a la dieta y el consumo de alcohol. Para ayudar con el desarrollo de masa muscular se necesita una cantidad adecuada de proteínas. La recomendación es de 1.2 gramos al día por cada kilo de peso corporal.

Una de las dietas recomendadas en la mediterránea, aconsejó Monica Christmas, directora del Programa de Menopausia y del Centro para la Salud Integral de la Mujer de la Universidad de Chicago. "Grandes estudios realizados tanto en hombres como en mujeres demuestran que es una de las mejores formas de reducir el riesgo de varias enfermedades relacionadas con el envejecimiento, incluidas las cardiopatías y la diabetes", sostiene.

La tercera clave, y no menos importante, es el sueño. Es fundamental tener un buena descanso, de entre 7 a 9 horas por noche. Igualmente, no hay evidencia de que las mujeres necesiten dormir más que los hombres, por lo que el promedio indicado es el recomendado para ambos géneros.

Sin embargo, las mujeres tienden a dormir peor que los hombres, particularmente durante la perimenopausia, ya sea por los sudores nocturnos o un trastorno del sueño diagnosticable.

Y en cuarto lugar, los medicamentos. Una terapia hormonal para la menopausia está aprobada para ayudar a aliviar algunos de los síntomas asociados, como sofocos, sudores nocturnos y sequedad vaginal, y reducir el riesgo de osteoporosis.

Aunque en lo que respecta a enfermedades del envejecimiento, como las cardiopatías o la demencia, la evidencia es menos clara. Así que los expertos se muestran duditativos al momento de recetar medicamentos.