El reciente anuncio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre un rescate financiero para la Argentina genera más interrogantes que certezas entre analistas locales e internacionales. Aunque la medida fue presentada como un respaldo clave al gobierno de Javier Milei, el consenso entre economistas y consultoras especializadas es que se trata de una solución transitoria que no aborda los desequilibrios profundos de la economía argentina.
El apoyo financiero —anunciado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent— consistiría en una línea de crédito por 20.000 millones de dólares. El objetivo principal sería contener la presión cambiaria sobre el peso argentino y frenar la sangría de activos locales en los mercados internacionales. Sin embargo, la ausencia de detalles concretos sobre el esquema del préstamo y sus condiciones ha generado un clima de cautela y creciente escepticismo.
Consultoras internacionales como Oxford Economics (OE) y Pantheon Macroeconomics (PM), consignadas en una nota de Ámbito, coincidieron en sus críticas al plan impulsado por la administración de Donald Trump en respaldo a la gestión libertaria de Milei. Desde Oxford Economics, se advirtió que el anuncio del Tesoro estadounidense representa apenas una “curita” sobre una herida mucho más profunda. Si bien reconocen que la línea de crédito puede mejorar la confianza de corto plazo y garantizar los pagos de deuda externa al menos hasta 2026, señalan que no hay avances reales hacia la resolución de los problemas estructurales que arrastra la economía argentina.
El tema es que no hay dólares
"La cuestión de fondo no es la falta de dólares per se, sino la ausencia de un modelo sostenible para generarlos", subrayó la consultora británica en un reciente informe. En este sentido, alertaron que la estrategia del gobierno argentino de seguir acumulando deuda a través de organismos multilaterales, operaciones de repo y ahora con el respaldo del Tesoro de Estados Unidos, no es viable a largo plazo.
Otra de las preocupaciones destacadas por Oxford Economics tiene que ver con la sobrevaluación del tipo de cambio oficial, que estiman en un 20%. Para los analistas, esta distorsión cambiaria es uno de los principales factores que alimenta la fragilidad externa del país. Sin embargo, advierten que una corrección de esta sobrevaluación —lo que implicaría una devaluación del peso— tendría un costo político elevado para el presidente Milei, ya que podría traducirse en una nueva aceleración inflacionaria, afectando su ya erosionada base de apoyo social.
Por su parte, desde Pantheon Macroeconomics también expresaron dudas sobre el alcance real del respaldo estadounidense. Aseguran que si bien la medida puede aportar algo de oxígeno en el corto plazo, no modifica el panorama de fondo. En particular, ponen en tela de juicio la sostenibilidad del programa económico libertario, especialmente su política cambiaria y la falta de señales claras hacia una estabilización duradera.
En el plano local, la reacción fue ambivalente. Mientras algunos sectores del mercado reaccionaron positivamente al anuncio, celebrando la posibilidad de contar con mayor liquidez para enfrentar los vencimientos de deuda y frenar la volatilidad cambiaria, otros analistas mantienen una postura más crítica. Coinciden en que sin reformas estructurales profundas, el apoyo externo corre el riesgo de ser una solución pasajera.
La fragilidad de la situación económica —con una inflación persistente, caída del consumo y reservas al límite— obliga al oficialismo a mostrar resultados. Pero el respaldo de Washington, lejos de ordenar el panorama político interno, abre nuevos frentes. Desde la oposición peronista ya comenzaron a cuestionar los términos del acuerdo y advierten que el país podría estar cediendo soberanía económica a cambio de una tregua cambiaria.
Incluso dentro del propio oficialismo surgen dudas. Algunos aliados libertarios temen que el apoyo estadounidense refuerce la dependencia de organismos multilaterales que Milei prometió desarticular durante la campaña. “No se puede predicar contra el Fondo Monetario y al mismo tiempo celebrar un préstamo de estas características como si fuera autonomía económica”, deslizó en off un legislador cercano al oficialismo.
El Gobierno, por su parte, busca capitalizar el apoyo internacional como un triunfo político. En Casa Rosada destacan que el respaldo de Washington es una señal de alineamiento estratégico con Estados Unidos y de ruptura definitiva con los bloques que en los últimos años buscaron alternativas al orden occidental. No obstante, la falta de precisiones sobre las condiciones del préstamo —que combinaría características de un stand-by con una línea swap— sigue sembrando incertidumbre tanto en el mercado como en la política.