¿Qué sucederá el lunes por la mañana, luego de conocerse los resultados de la elección de medio término? La respuesta es una incógnita que también mantiene en vilo a los trabajadores, trabajadoras y jubilados como consecuencia de ingresos retrasados que no logran ganarle a la motosierra que encendió la administración Milei hace casi dos años. Los diferentes informes que circulan por los escritorios de inversores, empresarios y analistas dan cuenta de un posible “fin del esquema cambiario”. Cualquier devaluación del peso, volverá a pegar de lleno en los ingresos de la población, empujados durante todo este año a tener que endeudarse con sus tarjetas de crédito para la subsistencia mensual.
Un escenario de disparada del tipo de cambio post electoral – independientemente del resultado de este domingo 26 de octubre- volverá a recalentar, probablemente, los niveles de inflación. De confirmarse un movimiento de estas características, la pregunta que subyace es qué pasará con los actuales niveles salariales y las jubilaciones, cuyo bono de recomposición se encuentra totalmente paralizado.
Los sindicatos están atentos (casi en estado de alerta). La Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación fue una de las últimas representaciones sindicales que consiguió cierta recomposición, al rubricar esta semana una suma fija de 100.000 pesos por el período que va de agosto al 31 de octubre. Los sindicatos empiezan a preguntarse – un poco tarde quizás- qué podría ocurrir con sus representados en caso de un salto cambiario. De ahí que tengan la mirada puesta en posibles reaperturas paritarias a partir de noviembre.
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De todas maneras, nada está del todo claro en este escenario electoral de medio término pero que se asemeja más a una definición presidencial. “Si se produjera un salto más o menos abrupto del tipo de cambio, el impacto sobre los precios podría resultar relativamente contenido aunque por los peores motivos. Por un lado, los ingresos salariales continúan deprimidos y aún no logran recuperar el poder adquisitivo previo al cambio de gobierno, mientras que las ventas de bienes de consumo masivo siguen en retroceso, lo que limita el traslado a precios”, puede leerse en un reciente informe de la consultora Vectorial.
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Los salarios no llegan al lunes
La motosierra de Milei sigue haciendo lo suyo sobre los salarios de los trabajadores del sector privado y estatales. De acuerdo a un informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), el salario estatal quedó 19% por debajo del nivel de inicios de mandato. Este dato corresponde al consolidado de agosto. “Lleva 10 meses en ese nivel”, enfatizan desde MATE. De esta manera, cada estatal perdió 8,1 millones de pesos de forma acumulada desde entonces.
Por su parte, el salario real en el sector privado se estancó 5 puntos por debajo del nivel que tenía al asumir Milei. Hace 10 meses que no crece. “Cada trabajador acumula una pérdida de 1,7 millones de pesos”, agregaron.
Los integrantes de MATE calcularon el total de recursos que perdieron los trabajadores y trabajadoras en una suerte de transferencia hacia el sector privado. El dato es abrumador: 55 billones de pesos.
En el caso de las jubilaciones, la pérdida real del poder adquisitivo desde diciembre de 2023 hasta septiembre de este año fue de un 8%, según el análisis realizado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).
¿Qué pasará con estos ingresos si vuelve a producirse un salto del tipo de cambio que impacte en la inflación? Las incógnitas comenzarán a develarse el próximo lunes.
Todo queda en familia, la deuda también
Las familias también están vilo teniendo en cuenta la fuerte exposición al endeudamiento de los últimos meses, sobre todo para la compra de alimentos vía tarjeta de crédito.
Según la consultora EcoGo, el endeudamiento de las familias con las entidades no financieras continúa aumentando y se estima que llega al 31% de la masa salarial mensual, 9 puntos porcentuales por encima de la situación de diciembre del año pasado.
“Al sumar el crédito bancario, el endeudamiento de las familias representa 1,3 meses de ingresos promedio. También se observa un incremento del peso de la deuda no bancaria en relación de la masa salarial informal (1,35 meses), superando el pico de septiembre del 2022 que fue de 1,34 de la masa salarial”, puede leerse en el trabajo de la consultora.
La irregularidad de los préstamos es otro de los factores que empiezan a ser seguidos con atención. En el caso de las carteras de préstamos no bancarios, la tasa de morosidad llega al 16,5% de la cartera en agosto.
“El continuo crecimiento de los casos de morosidad refleja los problemas que está atravesando el sector, pudiendo reflejarse en una baja de los créditos otorgados”, concluyó EcoGo. La situación crediticia de las familias es otra de las preocupaciones post electorales.
