Los militantes que mataron a 26 personas en la región india de Cachemira separaron a los hombres de las mujeres y los niños y les preguntaron sus nombres antes de dispararles a quemarropa, dijeron el miércoles funcionarios de seguridad y supervivientes.
Unos 1.000 turistas y 300 proveedores de servicios locales se encontraban en el valle de Baisaran -conocido como la mini Suiza por su exuberante pradera en lo alto de una colina, rodeada de densos bosques de pinos- cuando tres hombres armados lanzaron el ataque del martes, el peor en India en casi dos décadas.
Los atacantes, fuertemente armados, deambularon por las praderas y dispararon 60 cartuchos, pero no contra mujeres ni niños, dijo un funcionario de seguridad, que no quiso ser citado por no estar autorizado a hablar con los medios de comunicación. Su versión se basaba en conversaciones con supervivientes.
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Asavari Jagdale, del estado occidental indio de Maharashtra, perdió a su padre y a su tío en el atentado. Contó a los medios de comunicación locales que ella y su familia se escondieron en una tienda cercana junto con otros turistas cuando comenzó el tiroteo.
Cuando los militantes llegaron a su tienda, Asavari dijo que pidieron a su padre, Santosh Jagdale, que saliera y recitara un versículo islámico.
"Como no lo hizo, le dispararon tres balas, una en la cabeza, otra detrás de la oreja y otra en la espalda", explicó. "Mi tío estaba a mi lado. Los terroristas le dispararon entre cuatro y cinco balas".
SE SALVA CANTANDO VERSOS ISLÁMICOS
Debasish Bhattacharyya, un hindú que enseña en la Universidad de Assam y que creció en un barrio musulmán del estado, dijo estar familiarizado con los versos islámicos. Los militantes le ordenaron a él y a los que estaban cerca que se pusieran de rodillas y, cuando los demás empezaron a cantar los versos, él los siguió.
"Conocía la letra y, en ese momento, era probablemente la única forma de salvar nuestras vidas. Los que fracasaron, murieron", declaró a Reuters, añadiendo que huyeron cuando los hombres armados se marcharon y caminaron por un bosque durante dos horas para sobrevivir.
Los atacantes iban vestidos con camisas largas tradicionales y pantalones holgados y uno de ellos llevaba una cámara corporal, dijo una fuente de seguridad, añadiendo que los militantes abrieron fuego en tres puntos del valle de Baisaran, un popular destino turístico.
A algunos turistas les dispararon en los restaurantes situados en la pradera, mientras que a otros los llevaron a los bosques y les dispararon allí, dijo la fuente de seguridad.
Los visitantes tienen que hacer senderismo o alquilar ponis para llegar a Baisaran, situado a unos 4 km de la zona de Pahalgam, en el territorio federal del Himalaya.
Prashant Satpathy, su mujer y su hijo de nueve años habían viajado desde el estado oriental de Odisha y estaban en el último día de su viaje de cuatro días. Acababan de terminar un paseo en tirolesa cuando una bala alcanzó a Satpathy en la cabeza, según declaró su esposa, Priyadarshini, a medios de comunicación locales. "Se desplomó ante mis ojos".
Con información de Reuters