Los candidatos a la presidencia de Corea del Sur iniciaron el lunes sus campañas electorales, prometiendo unificar una sociedad profundamente polarizada e impulsar el crecimiento económico, al mismo tiempo que negocian con Estados Unidos en el contexto de la guerra comercial.
La cuarta economía asiática celebrará elecciones presidenciales anticipadas el 3 de junio para elegir al sucesor de Yoon Suk-yeol, tras la destitución del líder conservador por su sorprendente orden de ley marcial, que sumió al país en una crisis política.
Rodeado por una enorme multitud de partidarios vestidos de azul, el candidato Lee Jae-myung, del liberal Partido Demócrata, dio un mitin en el centro de la capital, Seúl.
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Algunos simpatizantes bailaban al son de las canciones de la campaña, mientras otros coreaban "¡Lee Jae-myung, presidente!".
"¿Se unirán al viaje hacia un nuevo comienzo, un nuevo camino hacia la esperanza?", dijo Lee a la multitud, poniéndose un par de zapatillas en el escenario para señalar su duro trabajo durante la carrera.
Lee, que perdió las anteriores elecciones presidenciales contra Yoon, tiene ahora un mayor apoyo popular tras sufrir un ataque con arma blanca, plantar cara al orden de la ley marcial e impugnar los cargos penales que han amenazado con descalificarlo de la carrera.
Los juicios son por asuntos que van desde sobornos hasta acusaciones relacionadas principalmente con un escándalo de promoción inmobiliaria de 1.000 millones de dólares se han aplazado hasta después de los comicios.
Lee, que llevaba un chaleco antibalas debido a las amenazas a su seguridad, prometió convertirse en el líder de la unidad y capear una crisis comercial desencadenada por los aranceles comerciales impuestos por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Las principales propuestas políticas de su partido pasan por hacer crecer la economía centrándose en la inteligencia artificial y las industrias culturales del K-pop.
De ser elegido, Lee trataría de restaurar las agrias relaciones con Corea del Norte, que técnicamente sigue en guerra con el Sur, al mismo tiempo que ampliaría la esfera diplomática del país hacia Europa, según las promesas políticas del partido.
Kim Moon-soo, el rival conservador de Lee, comenzó su campaña en un mercado mayorista público de Seúl, comiendo una sopa de salchichas coreanas con los comerciantes y prometiendo reactivar las pequeñas empresas en la ralentizada economía.
Tras una tumultuosa semana en la que tuvo que fusionar su campaña con la de un ex primer ministro que también tenía previsto presentarse, el exministro de Trabajo se ha convertido oficialmente en el candidato presidencial del importante partido derechista Partido del Poder Popular (PPP, por sus siglas en inglés).
Yoon apoyó públicamente a Kim el domingo para luchar contra "el gigantesco partido de la oposición", pero su apoyo ha suscitado las críticas de algunos miembros del PPP que quieren que el partido eche al líder derrocado.
La creación de empleo y un entorno favorable a las empresas son las principales propuestas políticas de Kim. Si es elegido, ha propuesto una cumbre inmediata con Trump para negociar los aranceles.
Kim dijo que se centraría en reforzar la alianza de seguridad con Estados Unidos, pero también buscaría una vía para que el país pueda potencialmente perseguir el armamento nuclear asegurándose el derecho a reprocesar el combustible nuclear, un paso importante hacia la construcción de armas atómicas.
Con información de Reuters
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