El Tribunal Supremo de España ha dictaminado que los descendientes del dictador Francisco Franco deben devolver dos valiosas estatuas románicas a la ciudad noroccidental de Santiago de Compostela, según una sentencia judicial publicada el jueves.
Las estatuas formaban parte del "Pórtico de la Gloria" del siglo XII, un pórtico que marca la entrada a la catedral de Santiago, considerada una obra maestra del arte medieval y donde termina el Camino de Santiago.
Las obras fueron retiradas durante las obras de restauración de la fachada de la catedral y adquiridas por la ciudad en 1948.
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La esposa de Franco, Carmen Polo, se interesó por ellas durante una visita a la ciudad en 1952, tras la cual se enviaron al Pazo de Meirás, residencia de verano del dictador.
"Movido por el deseo de complacer a la esposa del Jefe del Estado", el entonces alcalde de Santiago facilitó su traslado a Meirás, según la sentencia.
El tribunal decidió que, a pesar de que la familia de Franco poseyó las estatuas durante mucho tiempo, seguían perteneciendo a la ciudad de Santiago.
Los descendientes de Franco argumentaron que la compra por parte de la ciudad nunca se completó y alegaron que las estatuas se adquirieron a través de un anticuario, basándose en un relato oral transmitido dentro de la familia.
Francis Franco, nieto del dictador, no respondió a una solicitud de comentarios cuando Reuters se puso en contacto con él.
Franco llegó al poder mediante un golpe militar contra el Gobierno republicano en julio de 1936 y dirigió el país durante casi 40 años, hasta su muerte en 1975. Cincuenta años después, su legado sigue dividiendo a la sociedad española.
Con información de Reuters