Se encienden las alarmas: cómo afectarían los aranceles de Estados Unidos a la economía del NEA

Estados Unidos impondrá aranceles de hasta 25% a productos forestales y agrícolas, lo cual afecta las exportaciones del NEA que tiene como principal destino la región norteamericana.

04 de abril, 2025 | 11.51

Luego del anuncio del Gobierno de Estados Unidos sobre la imposición de aranceles de al menos el 10% a productos forestales y agrícolas, la región del NEA (compuesta por Formosa, Corrientes, Chaco y Misiones) se encuentra en un estado de alerta debido a las consecuencias que tendrá esta medida para la economía regional.

La región USMCA (Estados Unidos, México y Canadá) representa el principal destino exportador del noroeste argentino, incluso por encima del Mercosur, China y ASEAN. Así lo confirma el informe “Origen provincial de las exportaciones”, publicado por el INDEC. Dentro de este bloque, Estados Unidos concentra el 83,6% del total, lo que lo convierte en un cliente clave para la economía del noreste.

Los datos son contundentes: solo en 2024, las exportaciones forestales y agrícolas del NEA hacia el bloque USMCA representaron 533 millones de dólares. Desde la Asociación Maderera y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP) advierten que el impacto no se limitará a los productores, sino que también afectará a sectores indirectos como la logística, el transporte y la infraestructura portuaria, que podrían paralizar proyectos clave ante la baja de la demanda.

Por su parte, la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes (APICOFOM) encendió sus alarmas. Según señalaron, la producción primaria ya muestra signos de tensión, con precios a la baja en varios rubros y la amenaza latente de pérdida de empleos directos en un mercado laboral históricamente frágil.

Frente a este panorama, las cámaras empresariales piden una respuesta urgente del Estado. Subsidios, acuerdos bilaterales, líneas de financiamiento y renegociaciones arancelarias son algunas de las herramientas que se reclaman desde el sector para contener el golpe inicial. Pero el problema excede la coyuntura: la región necesita una estrategia de mediano y largo plazo para reposicionarse en un escenario global cada vez más proteccionista.

Los especialistas coinciden en que la salida debe apoyarse en tres pilares. Primero, la diversificación productiva, incorporando industrias de transformación que apliquen mejoras tecnológicas y reduzcan los costos operativos. Segundo, la adaptación a nuevos estándares internacionales, con mercados como ASEAN buscando socios confiables en sectores primarios. Y tercero, el fortalecimiento de la diplomacia comercial, que permita al NEA negociar como bloque y posicionarse ante otras regiones que enfrentan desafíos similares.

La efectividad de la respuesta dependerá de la coordinación entre el sector público y privado, la agilidad para adaptarse a las nuevas reglas del comercio internacional y la capacidad para sostener el empleo y la producción en un contexto adverso. Para provincias como Misiones, Corrientes o Formosa, no se trata solo de exportaciones: está en juego la base económica de cientos de comunidades que dependen del trabajo rural e industrial para sostenerse.

El desarrollo industrial de Formosa

Formosa se acerca a un hito histórico en la industria siderúrgica con la puesta en marcha de Fermosa Biosiderúrgica, la mayor inversión privada de la región. Esta obra generará más de 3.350 empleos directos e indirectos, tanto en la producción de arrabio verde en la planta industrial ubicada en el Polo Científico, Tecnológico e Innovación, como en la producción de carbón de vinal por parte de las familias paipperas.

Esta iniciativa es clave para el desarrollo económico de la provincia, ya que la producción de arrabio verde, un material esencial en la fabricación de acero y productos derivados del hierro, impulsará las exportaciones y generará empleo calificado en la región.

Por su parte, el Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (PAIPPA) funciona desde hace más de 26 años impulsado por el Gobierno de formoseño para el autosostenimiento, ocupación y autogestión productiva del pequeño productor y su familia, mediante un proceso de promoción social y desarrollo sostenido.