Alarma en el Parque Industrial riojano: se usa solo el 50% de su capacidad y la producción cae a niveles similares a la pandemia

Un informe de la Unión de Industrias Riojanas reveló que el Parque Industrial funciona a la mitad de su capacidad instalada, mientras que los niveles de producción retroceden a cifras similares a las registradas durante 2020, generando preocupación en el sector productivo provincial.

28 de julio, 2025 | 12.18

Un reciente relevamiento de la Unión de Industrias Riojanas (UNIR) reveló que actualmente solo se utiliza el 50% de la capacidad instalada del Parque Industrial, un dato que genera alarma en el sector productivo provincial. Según los empresarios consultados, los niveles de producción se asemejan a los del año 2020, en plena pandemia y con severas restricciones económicas.

Según una nota publicada por el medio Economía Riojana, los referentes industriales señalan que el principal obstáculo para las fábricas riojanas es la caída del consumo interno, lo que se traduce en una reducción drástica de la demanda. A esta situación se suma el encarecimiento del país en dólares, lo cual perjudica tanto a las empresas que exportan como a aquellas que operan exclusivamente en el mercado nacional.

"Las empresas que exportan tienen el problema de que estamos caros en dólares y las que venden en el mercado nacional enfrentan una profunda caída en sus operaciones", advirtieron desde el sector fabril.

Un difícil presente para la industria argentina

El panorama es especialmente crítico para las textiles, una de las ramas más importantes del Parque Industrial por su alto nivel de generación de empleo. Actualmente, estas empresas operan con apenas un 45% de su capacidad instalada, un número considerablemente más bajo que el registrado en noviembre de 2023.

Cabe recordar, que es previo a la asunción del actual Gobierno nacional y a la apertura de las importaciones, una política de estado que se tomó desde diciembre del 2023, como parte de la medidas libertarias del presidente de Javier Milei. Los datos surgen de un estudio interno realizado por UNIR, que abarcó el primer semestre del 2025 y que refleja el fuerte impacto de la política económica sobre la industria riojana.

Compras en el exterior desde las aplicaciones y la apertura de las importaciones 

La apertura de importaciones volvió a golpear con fuerza al sector textil, generando preocupación en provincias como La Rioja. La eliminación de aranceles, sumada al ingreso masivo de productos del exterior, disparó la llegada de ropa extranjera a precios imposibles de igualar para la industria nacional. Según la Cámara Industrial de la Indumentaria, las importaciones de vestimenta crecieron casi un 90% en el último año, con China concentrando más de la mitad del volumen total.

Este escenario se ve profundizado por la alta demanda de plataformas como Shein y Temu, que en los últimos meses alcanzaron las 285 millones de visitas en América Latina, facilitando compras directas desde Estados Unidos y China. La combinación de dólar competitivo y libre acceso al mercado extranjero configura un escenario de competencia desleal que pone en riesgo el empleo local y amenaza con desarticular el entramado productivo textil en la región.

Los productos importados son, en promedio, un 18% más baratos que los artículos nacionales, lo que favorece al consumidor pero provoca una destrucción de puestos de trabajo en el rubro, evidenciada por los constantes despidos y suspensiones en el Parque Industrial riojano.

Con respecto a la apertura de importaciones, una consecuencia directa de las políticas del actual Gobierno, un informe reciente de la Fundación Pro Tejer revela que, en el primer cuatrimestre de 2025, las importaciones de ropa y textiles para el hogar se dispararon un 86% y 109% interanual en volumen, respectivamente, lo que alcanza cifras récord.

Esta tendencia también se observa en los tejidos, que ingresan al país a precios históricamente bajos, lo que genera una clara competencia desleal para la producción nacional. La magnitud del problema se refleja en el hecho de que seis de cada diez prendas disponibles en el mercado argentino ya contienen algún componente importado.

Esta alarmante situación es atribuida al desmantelamiento de herramientas de control del comercio exterior, incluyendo la derogación de valores criterio de importación, la eliminación del canal rojo aduanero, el fin del control de etiquetado y la supresión de la Declaración Jurada de Composición del Producto.