El 8 de abril de 2014 es una fecha que Claudia jamás olvidará. Ese día, su hija Mia, nacida con tan solo 29 semanas de gestación y apenas 1.200 gramos de peso, fue trasladada de urgencia al Hospital de la Madre y el Niño de Formosa. Allí, gracias a la administración de una fórmula especial de alimentación parenteral, comenzó un proceso de recuperación que no solo salvó su vida, sino que marcó para siempre el vínculo de su familia con el sistema de salud público.
A once años de aquel episodio, la historia de Mia vuelve a cobrar relevancia en el marco de los avances que logró la provincia en la producción y distribución de esta fórmula, elaborada por el laboratorio provincial Laformed, que desde el año 2024 y hasta la fecha entregó más de 6.500 bolsas de nutrición parenteral a los hospitales formoseños. Se trata de un insumo vital para la atención de bebés prematuros y de neonatos con patologías que impiden la alimentación convencional.
Claudia recuerda con nitidez aquella jornada que transformó su vida. “Nos llamaron de la clínica privada donde nació mi hija para decirnos que estaba al borde de la muerte. Fue justo un 8 de abril. Ahí empezó todo”, relató. La situación era crítica: el estado de Mia requería cuidados específicos y una fórmula que su pequeño cuerpo aún inmaduro pudiera tolerar. La respuesta llegó desde el sistema de salud pública.
El Hospital de la Madre y el Niño fue el primer refugio de Mia, donde comenzó a recibir la fórmula de alimentación parenteral suministrada por Laformed. Se trata de un preparado que aporta proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y minerales, diseñado específicamente para recién nacidos de bajo peso que no pueden ser alimentados con leche materna de manera inmediata.
La doctora Liliana Coronel, jefa del Servicio de Neonatología del Hospital de la Madre y el Niño, explicó que “la alimentación parenteral es un soporte vital para los recién nacidos prematuros, especialmente para aquellos que pesan menos de 1.500 gramos, como fue el caso de Mia. Su sistema digestivo no está preparado para procesar alimentos y esta fórmula les brinda todos los nutrientes que necesitan mientras se fortalecen”.
Elaborada en Formosa desde hace 15 años, la fórmula fue durante mucho tiempo adquirida en otros puntos del país, como Córdoba, donde solo se ofrecían productos estándar. Desde la puesta en funcionamiento de Laformed, la provincia puede garantizar una producción local y personalizada. Así lo explicó Ricardo Acosta, gerente técnico del laboratorio, quien destacó que “cada fórmula es solicitada por un médico y adaptada a las necesidades específicas de cada bebé, en función de su peso, edad gestacional y estado de salud”.
Acosta remarcó también que la fabricación local permite eliminar la dependencia logística de proveedores externos, asegurando inmediatez en la entrega y una mejor relación costo-beneficio para el sistema de salud provincial. “Hoy los hospitales formoseños reciben la fórmula hecha a medida, en el menor tiempo posible y sin costo alguno para las familias. Esto no solo garantiza el acceso, sino que también marca una diferencia en las chances de recuperación de los bebés”, agregó.
El procedimiento para administrar esta nutrición es altamente controlado. La doctora Coronel detalló que “la fórmula se suministra a través de una vía central para asegurar que los nutrientes lleguen directamente al torrente sanguíneo del recién nacido. Es un proceso seguro que, en casos como el de Mia, hace la diferencia entre la vida y la muerte”.
Más allá de la etapa de internación, el sistema de salud de Formosa contempla un seguimiento integral para cada paciente prematuro. Claudia valoró especialmente este aspecto: “Después del alta, nos dieron turnos para hacerle todos los chequeos necesarios: vista, oído, corazón. También nos ofrecieron apoyo psicológico y educativo, algo fundamental para padres que enfrentan situaciones tan delicadas”.
En su testimonio, Claudia subraya el factor humano como uno de los aspectos más valiosos de su experiencia. “Mi hija no solo recibió la mejor atención médica, sino que también fue cuidada con amor y dedicación. En el Hospital de la Madre y el Niño no existieron diferencias de clase social, todos los bebés fueron tratados con el mismo compromiso”, remarcó.
Hoy Mia es una niña sana, que crece sin secuelas derivadas de su nacimiento prematuro. Su historia no solo refleja la importancia de contar con un sistema de salud público fuerte y accesible, sino también el valor del trabajo en equipo de médicos, enfermeros y científicos que, desde el laboratorio hasta la sala de neonatología, hacen posible que cientos de bebés formoseños tengan una segunda oportunidad.
Para Claudia, la fórmula de Laformed fue más que un preparado: “Para mí fue sinónimo de vida. A veces no dimensionamos lo que tenemos hasta que lo necesitamos. Esta fórmula, ese hospital y sus profesionales, le dieron una nueva oportunidad a mi hija y a muchas otras familias. Eso no se olvida nunca”.