El protagonismo de Erdogan como pacificador mundial oculta escándalos en Turquía

15 de mayo, 2025 | 04.25

El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, seguramente nunca ha tenido tanta influencia mundial: el jueves será el anfitrión de las primeras conversaciones de paz directas entre Rusia y Ucrania en tres años, días después de que se disolviera la némesis miliciana de su país, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Su creciente capital como estadista internacional, trabajando por la estabilidad en Europa del Este y Oriente Medio, y recibiendo elogios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por ello, está impulsando la creciente influencia regional de Turquía.

Sin embargo, el momento parece extraño e incluso angustioso para muchos en su país, que temen que pueda reforzar sus objetivos políticos internos.

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La detención y encarcelamiento del principal rival político de Erdogan, el alcalde de Estambul Ekrem Imamoglu, provocó en marzo y abril las mayores protestas en una década por lo que los críticos calificaron de represión legal politizada y antidemocrática.

Imamoglu niega los cargos que se le imputan, mientras que Ankara niega las críticas de comportamiento autocrático.

Sin embargo, estos universos aparentemente paralelos, internacional frente a nacional, ponen de relieve la tendencia de Erdogan, que lleva 22 años al frente de Turquía, a desviar la atención hacia el exterior cuando surgen problemas políticos o económicos en su país.

En línea con este patrón, Erdogan bloqueó en mayo de 2022 la ampliación prevista de la OTAN en un momento en que la tasa de inflación de Turquía se disparaba hacia el 85% y esperó hasta principios del año pasado para aprobar finalmente la candidatura de adhesión de Suecia a cambio de concesiones.

"Erdogan nunca había sido una pieza tan importante en la geopolítica", afirma Birol Baskan, politólogo afincado en Turquía. "Hubo giros dramáticos en la geopolítica, destacando la reelección de Donald Trump, aunque creo que la mayor ganancia de Erdogan es indiscutiblemente Siria".

Según dirigentes del Gobierno turco, el apoyo de Erdogan a los rebeldes sirios durante la última década finalmente les dio sus frutos, y a él también, cuando derrocaron al expresidente Bashar al-Asad en diciembre, dando a Ankara una gran influencia en Damasco y en otros lugares, mientras la región intentaba recuperarse de la guerra.

La influencia de Erdogan creció en enero, cuando Trump regresó a la Casa Blanca, dados sus estrechos vínculos en el primer mandato de Trump.

Trump, que presume de tener "grandes relaciones" con Erdogan, dijo que será un buen anfitrión para las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania en Estambul. También dijo que el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, haría un viaje de última hora allí, e incluso planteó asistir en persona.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que visitará la capital turca, Ankara, el miércoles, ha retado a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a reunirse con él en Estambul el jueves para acordar un alto el fuego, aunque Putin no se ha comprometido a reunirse.

Erdogan, que solo en la última semana ha recibido llamadas o visitas de líderes estadounidenses, rusos, ucranianos, saudíes, franceses, italianos, de la OTAN y de otros países, ha instado a aprovechar la oportunidad para lograr la paz entre sus vecinos del mar Negro.

LOS MILICIANOS KURDOS SE DISUELVEN

La paz también está al alcance de la mano en el sur de Turquía, donde los milicianos del PKK tienen ahora su base, tras 40 años de insurgencia contra el Estado turco en la que han muerto más de 40.000 personas.

Debilitado tras años de bombardeos turcos, el grupo dijo el lunes que había decidido disolverse y desarmarse en un congreso celebrado la semana pasada en el norte de Irak.

Aunque queda un camino difícil por delante, supuso una importante victoria para Erdogan. Había tratado de capitalizar las vulnerabilidades de las fuerzas kurdas afiliadas al PKK en el norte de Siria tras la caída de Asad, incluida su apuesta de que Trump retiraría pronto los soldados estadounidenses aliados con esas fuerzas.

¿ACUERDO DE PAZ MEDIADO POR TURQUÍA?

Mientras que algunos líderes europeos denunciaron la detención de Imamoglu, muchos también han respaldado la oferta de Erdogan de acoger las conversaciones entre Rusia y Ucrania, incluido el presidente francés, Emmanuel Macron, que subrayó en una llamada con Erdogan el domingo la "necesidad" de que Rusia acuerde un alto el fuego.

En otra bendición diplomática para Erdogan, Europa se ha acercado a Turquía en los últimos meses, según los diplomáticos, en su lucha por reforzar las defensas y encontrar garantías para Ucrania en virtud de cualquier próximo acuerdo de alto el fuego impulsado por Trump.

Turquía tiene el segundo ejército más grande de la OTAN y fabrica drones armados que Ucrania utiliza ampliamente contra Rusia. Al mismo tiempo, Ankara ha rechazado las sanciones occidentales a Moscú, caminando sobre una delgada línea entre las naciones en guerra y manteniendo su confianza.

Con información de Reuters