La guerra en Medio Oriente emerge en un contexto mundial de “una nueva y peligrosa carrera armamentista nuclear” con regímenes de control “debilitados”. Así lo definen en el informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), donde advierten que las potencias ampliaron y modernizaron sus programas nucleares en los últimos años. Mientras que continúan con su desarrollo de armamentos de destrucción masiva, el caso de Irán e Israel deja al descubierto varios cuestionamientos y dudas sobre cómo opera el esquema internacional de derechos y castigos.
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Tener el derecho
Una de las primeras cuestiones que surgen cuando se habla de quiénes tienen armas nucleares, es por qué algunos tienen derecho a tenerlas, por qué otros la tienen y no hay problemas y por qué a otros pueden llegar a ser atacados si se cree que comenzaron a hacerlas. En el mundo, hay nueve países que tienen programas nucleares con fines armamentísticos, cinco que son los mismos que integran el cuestionado Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos, que además es el único que usó bombas atómicas, Rusia, China, Francia y Reino Unido. En 1970 empezó a regir el Tratado de no Proliferación, que permitió a estas cinco potencias continuar con su posesión.
A través del acuerdo, los estados que ya poseían armas nucleares se comprometían a no contribuir a la proliferación en otros países y a apoyar el desarme. Es válido recordar que al firmar el Tratado de no Proliferación también se establece que van a permitir la inspección del Organismo Internacional de Energía Atómica para conocer, en caso de que enriquezcan uranio, que lo hacen con una finalidad energética y no armamentística. Sin embargo, algunos de los estados que no firmaron el Tratado, como es el caso de India, Pakistán e Israel, se considera que actualmente cuentan con programas nucleares. También se suma el caso de Corea del Norte, que primero lo firmó y después se fue y también cuenta con ojivas.
Si bien el nivel de ojivas actualmente es de más 12 mil a nivel mundial (entre desplegadas en misiles o aeronaves y almacenadas en depósitos) y está muy lejos de los más de 60 mil durante la Guerra Fría, en los últimos años hubo un incremento como no se registraba en las últimas décadas. “La era de reducción del número de armas nucleares en el mundo, que había perdurado desde el final de la Guerra Fría, está llegando a su fin”, escribió en el informe el investigador sénior asociado del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos (FAS), Hans M. Kristensen.
¿Más armas nucleares?
Del total de armas nucleares, Estados Unidos y Rusia tienen casi el 90% del total. Desde el informe del SIPRI sostienen que el número de ojivas no tuvo un crecimiento abismal en el 2024, pero sí destacan que ambos países llevan adelante programas de modernización que podrían incrementar el tamaño y la diversidad de sus arsenales en el futuro. El otro dato tiene que ver con China, si bien su número de ojivas es inferior y ronda las 600, destacan que crece más rápido que cualquier otro país, y que su arsenal creció en casi 100 ojivas al año desde 2023. Además, aseguran que para este año el gobierno de Xi Jiping, ya habría completado unos 350 nuevos silos para misiles balísticos intercontinentales (ICBM) en tres grandes campos desérticos del norte del país y en tres zonas montañosas del este.
En los casos del Reino Unido no hubo aumento, pero sí se espera que lo tenga próximamente y en Francia, destacan también sus programas para desarrollar un nuevo misil de crucero lanzado desde el aire, así como para modernizar y actualizar sus sistemas existentes. Mientras que en el caso de India sí se cree que amplió su arsenal nuclear en 2024 y continuó con el desarrollo de más lanzamientos nucleares y lo mismo para Pakistán, con el agravante de que estos dos últimos son vecinos enemistados desde hace décadas y que tuvieron recientemente varios episodios de tensión.
En el caso de Corea del Norte, destaca que continúa con su desarrollo, actualmente en unas 50 ojivas pero podría tener 40 más próximamente, como estrategia central de seguridad nacional. Especialmente por la idea de que si no hubieran tenido armas nucleares habrían sido Irak, en relación a la invasión estadounidense con el argumento de romper las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, que no tenía. El otro caso es Israel, ahora más en la mira por lanzar un operativo “preventivo” contra Irán, que se calcula que tiene unas 90 ojivas y continúa su desarrollo y destacan el reactor de Dimona y el plutonio, con el cual también se pueden adquirir armas nucleares.
¿Preventivo?
El gobierno del premier israelí, Benjamín Netanyahu, sostiene que el régimen que surgió de la Revolución Islámica en 1979 es una amenaza para la existencia de Israel. Fue una constante en el discurso del primer ministro hacer referencia a Irán como un peligro y afirmó que el gobierno persa busca, a través del uranio, tener un programa nuclear con el cual podría atacar territorio iraní, algo que desde la República Islámica sostienen que es con un fin energético. El ataque que llamaron “preventivo” lo hicieron en estos días al sostener que el régimen de los Ayatolas estaban muy cerca de construir un arma de destrucción masiva.
“La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica señaló que Irán había dejado de colaborar con la Agencia y el director general, Rafael Grossi, dijo que no había todavía información de que estuvieran llevando adelante un explosivo nuclear, técnicamente son dos cosas distintas. Lo que la agencia oficialmente señala es que Irán tiene mucho más uranio enriquecido al 60% de lo que debería tener y que no permite a los inspectores de la agencia ingresar a los lugares donde está ese uranio, Grossi dice es que el salto de un 60% al 90% del enriquecimiento que se necesita para un artefacto nuclear puede ser muy rápido en el tiempo”, explica a El Destape, el director de la Oficina de TRENDS Research & Advisory en América Latina, Paulo Botta.
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El especialista detalla la información que se dio a conocer especialmente en las horas previas al ataque de Israel. En ese sentido, el titular de la OIEA, el argentino Grossi, había dicho que Irán cuenta con el uranio enriquecido al 60%, y según el director, es “un pasito más” llevarlo al 90% que se necesita para la construcción de armas nucleares, de todas formas destacó que “esto no quiere decir que tengan hoy un arma nuclear”. En ese contexto, Botta agrega: “Lo que dice la comunidad internacional es que si hay tantas dudas sobre el proceso de enriquecimiento, podemos tener genuinamente dudas de si hay un proyecto nuclear, un proceso de regeneración de explosivos, y luego que se convierta en un artefacto”.
Hubo plan
En el 2015, durante el gobierno de Barack Obama se llevó adelante un Plan de acción junto con Irán, China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido y la Unión Europea. Este acuerdo establecía el compromiso de los Ayatolas a restringir su enriquecimiento de uranio, permitir las inspecciones de la OIEA, y a cambio le levantaban las sanciones económicas, en un país en crisis. Cuando Donald Trump llegó por primera vez a la presidencia, se fue de este acuerdo y lo que sucedió en el último tiempo es que no estaba tan claro para el Organismo Internacional de Energía Atómica la situación nuclear del país.
“Las inspecciones de la Agencia Internacional permitían asegurar que Irán estaba cumpliendo con ese pacto. El levantamiento de sanciones era importante porque le permitía mejorar una situación de crisis económica. Cuando Trump se retira lo que argumenta es que el programa de acción no estaba evitando que Irán desarrolle las armas nucleares y apuntaba contra la producción de misiles balísticos, lo que había detrás de esta intención de romper era también era que Irán al estar mejor económicamente iba creciendo más su influencia en la región, y tejiendo con los proxies”, explica a El Destape, la politóloga, periodista y docente del seminario Islamismo, Nacionalismo y movilización popular en Medio Oriente en la UBA, María Constanza Costa.
La especialista sostiene que la decisión del republicano tiene que ver con la influencia de Netanyahu. “La clave ahí es entender que quienes certificaban que Irán estaba cumpliendo eran los organismos internacionales. Es importante señalar que cuando Estados Unidos se retira del pacto, el resto de los países se quedan, es decir que también ellos estaban legitimando de alguna manera que Irán había cumplido lo establecido”, agrega Costa sobre el acuerdo del que se retiró Estados Unidos, pese a que se cumplía lo establecido.
Irán es además uno de los países firmantes del Tratado de No Proliferación, sin embargo, más allá de las dudas que hay en torno a la situación real de su programa nuclear, hay posibilidades de que decida retirarse del acuerdo. Lo cual alejaría más aún la posibilidad de alguna inspección. Es válido recordar que Israel nunca admitió que tiene armas nucleares, en lo que sostienen algunos analistas que reconocerlo le quitaría más legitimidad para acusar a otros países de tenerla. En un contexto en el cual el gobierno de Benjamín Netanyahu acusa a Irán por sus proxies, como Hezbollah en Líbano o Hamás en Gaza, y a su vez el gobierno israelí continúa con los ataques en la Franja, donde los muertos ascienden ya a más de 55 mil y los más de 50 secuestrados continúan allí.