El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, juega su batalla cultural y económica en distintas bandas: al tiempo que desató una guerra comercial mundial, también busca imponer condiciones a las universidades para, entre otros puntos, “combatir el antisemitismo”. "Ningún gobierno, independientemente de qué partido esté en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que pueden enseñar, a quién pueden reclutar y contratar, o qué temas pueden investigar", manifestó el rector de Harvard, Alan Garber, en una nota a los miembros de la institución, que se negó a responder a un listado de una decena de demandas. Como respuesta, Trump decidió recortar más de 2200 millones de dólares de fondos federales.
En su carta dirigida a estudiantes y a personal de la institución, Garber aseguró que "no renunciará a su independencia ni a los derechos que garantiza la Constitución", en contraposición a lo requerido por Trump en una misiva dirigida a varias otras instituciones universitarias en las que hace foco en el fin de los programas, según su visión “que fomentan el antisemitismo” -en pos de frenar las manifestaciones pro Palestina-, pero que también exige modificaciones internas sobre cuestiones disciplinarias, en cuanto a los programas para la población LGBTI+ y a la población negras, entre otros puntos.
La institución, en tanto, aseguró que combatirá el antisemitismo en su campus como ha hecho siempre, pero no aceptará sus demandas para evitar el recorte de fondos, que "invaden libertades universitarias reconocidas desde hace mucho tiempo por la Corte Suprema".
Sin embargo, la respuesta por parte de las autoridades de la Casa Blanca no demoró en llegar: junto con el recorte presupuestario, exigieron una disculpa y la amenazó con quitar el estatus de exención fiscal para pasar a ser gravada como una “entidad política”. Fue la portavoz del Ejecutivo, Karoline Leavitt, la que llevó el reclamo ante la prensa Trump "quiere que Harvard se disculpe. Y Harvard debería disculparse", dijo. Esto se sumó al recorte presupuestario y a la rescisión de contratos plurianuales por 60 millones de dólares, alegando la "inaceptable" interrupción de los estudios por las protestas y el "intolerable acoso a estudiantes judíos".
Harvard, sin embargo, no está sola: 876 profesores de la Universidades de Yale escribieron un manifestó para defender la libertad académica en el que denunciaron que “las universidades estadounidenses se enfrentan a ataques extraordinarios que amenazan los principios fundamentales de una sociedad democrática, incluyendo los derechos de libre expresión, asociación y libertad académica. Escribimos como si fuéramos uno solo para pedirles que nos apoyen ahora”.
Aunque la carta no menciona específicamente a Harvard, también pide a los líderes de Yale que “colaboren de forma decidida y proactiva con otras universidades en la defensa colectiva”. Mientras que otras, como Columbia y Nueva Jersey se doblegaron y cedieron ante algunas de las políticas.
MÁS INFO
Qué pide Trump a las universidades: algunos de los puntos del documento
“Supervisión y rendición de cuentas de los programas que fomentan el antisemitismo. Los programas y departamentos que fomentan el acoso antisemita deben modificarse para abordar los sesgos, mejorar la diversidad de puntos de vista y acabar con la captura ideológica”, sostiene el documento firmado por el comisionado del Servicio Federal de Adquisiciones, Josh Gruenbaum; el asesor general interino del Departamento de Salud, Sean R. Keveney; y el asesor general interino del Departamento de Educación, Tom Wheeler.
También piden:
- Reforma disciplinaria y rendición de cuentas consistente. Esto incluye el requisito de que las políticas disciplinarias sean consistentes y rindan cuentas centralmente, y un requisito específico de prohibir el uso de mascarillas para poder identificar a los manifestantes, además de una política clara sobre el horario, el lugar y la forma de las protestas. Además de estos detalles, Harvard debe revisar e informar sobre las medidas disciplinarias por infracciones de las normas antisemitas desde el 7 de octubre de 2023.
- Los grupos estudiantiles y sus líderes deben rendir cuentas por las infracciones de la política de Harvard.
- Harvard debe implementar reformas significativas en su gobernanza para mejorar su estructura organizativa, fomentar líneas claras de autoridad y rendición de cuentas, y empoderar a los líderes docentes y administrativos comprometidos con la implementación de los cambios indicados en esta carta.
- Reforma de la admisión basada en el mérito. “Harvard debe adoptar e implementar políticas de admisión basadas en el mérito”, eliminando “todas las preferencias basadas en raza, color u origen nacional…” y demostrar que dichos cambios son “duraderos”.
- Reforma de la contratación basada en el mérito. Las políticas de contratación de la universidad deben “eliminar todas las preferencias basadas en raza, color, religión, sexo u origen nacional en la contratación de su profesorado, personal docente e investigador, y el liderazgo…” y demostrar que dichos cambios son “duraderos”.
- Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI). “Los programas de DEI enseñan a estudiantes, profesorado, personal y liderazgo a emitir juicios precipitados sobre los demás basándose en estereotipos burdos de raza e identidad, lo que alimenta la división y el odio por motivos de raza, color, origen nacional y otras características de identidad protegidas. Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para eliminar dichos programas”.
- Cooperación con las fuerzas del orden. “Harvard debe cooperar con las fuerzas del orden para garantizar la seguridad de los estudiantes”.
- Transparencia e informes. Harvard debe cumplir plenamente con los requisitos legales de presentación de informes vigentes según la Sección 117 de la Ley de Educación Superior, comprometerse a cooperar plenamente con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y otros organismos reguladores federales, e implementar los cambios organizativos necesarios para garantizar el pleno cumplimiento.