El Congreso de Grecia aprobó este jueves la ampliación de la jornada laboral hasta 13 horas diarias, política propuesta por el oficialismo del primer ministro Kyriakos Mitsoakis y que contó sólo con los votos de Nueva Democracia, el partido del premier griego, que posee la mayoría absoluta en el parlamento con 156 bancas a favor. Todos los partidos de la oposición votaron en contra, salvo por el izquierdista Syriza que se retiró del recinto para "no legalizar con su voto" la ley. También hubo fuertes críticas desde los sindicatos.
El gobierno de Mitsoakis defendió la ley con el pretexto de que la jornada laboral es optativa para los empleadores, sólo afecta al sector privado y que puede aplicarse hasta 37 días por año.
"Debemos facilitar el desarrollo empresarial porque sin empresas no se crean puestos de trabajo y sin empresas este país nunca vivirá desarrollo", señaló durante el debate previo a la votación la ministra de Trabajo Niki Kerameos, que además calificó a la nueva norma como "progresista y positiva".
Kerameos sostuvo también que, aparte de la ampliación de la jornada laboral, la nueva ley contempla una serie de medidas que aumenta la protección de los trabajadores, como la ampliación de los beneficiarios y las ayudas por maternidad. También afirmó que mantiene el límite máximo de 48 horas semanales y 150 horas extra anuales, y que trabajar hasta 13 horas implicará una bonificación del 40% por hora extra.
"Se prohíbe explícitamente que el empleador te obligue, te despida, o te discrimine de cualquier forma", recalcó Kerameos, en caso de que el trabajador no quisiera trabajar esas horas extra.
Las críticas de la oposición a la reforma
Según el portavoz de la bancada de Syriza, se trata de "una monstruosidad legislativa, una desregulación laboral que atenta contra los derechos fundamentales de los trabajadores".
Por otro lado el principal partido de la oposición, la bancada del socialdemócrata Pasok, acusó al Gobierno este miércoles de hacer "retroceder el país al siglo XIX" en cuanto a derechos laborales. "El Gobierno está promoviendo una sociedad y un mercado sin derecho laboral, en una supuesta ‘normalidad’ donde el Estado de bienestar está en constante deconstrucción", afirmó Yorgos Mulkiotis, diputado del partido, durante el debate parlamentario.
Además del rechazo parlamentario hubo dos huelgas generales en Grecia convocadas por los principales sindicatos del sector público y privado, el ADEDY y GSEE, para reclamarle al Gobierno que retire el proyecto, cosa que no ocurrió.