Murió el Papa Francisco: quién queda a cargo del Vaticano hasta una nueva asunción

La muerte del Papa Francisco conmocionó a todo el mundo. Qué pasará en el Vaticano hasta la designación de su sucesor.

21 de abril, 2025 | 08.36

De luto. Así están la Santa Sede y millones de católicos practicantes en todo el mundo ante el fallecimiento del papa Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita de la historia de la Iglesia Católica.  Con la muerte de Jorge Bergoglio, el Vaticano entra en un período de sede vacante, un tiempo de transición que se extiende hasta la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Durante este proceso, la dirección de la Iglesia recae en lo que se conoce como el camarlengo, una figura clave que administra el Estado de la Ciudad del Vaticano y que también garantiza la continuidad institucional hasta que se realice el cónclave.

El papel del camarlengo en la sede vacante: qué es lo que hace

“El camarlengo es el encargado de supervisar el funcionamiento del Vaticano en ausencia del Papa”, explicó un laico consagrado a este medio. Su primer deber es confirmar ante el mundo la muerte del pontífice, siguiendo un protocolo establecido: tradicionalmente, “solía realizarse golpeando suavemente la frente del Papa con un martillo de plata y pronunciando su nombre de bautismo tres veces. En la actualidad, este ritual se simplificó con verificaciones médicas”, agregó el consultado por El Destape.

Una vez confirmada la muerte, el camarlengo notifica al Colegio Cardenalicio y dispone el sellado de los aposentos papales. Además, coordina los preparativos para el funeral del Papa, que históricamente se realiza en la Basílica de San Pedro dentro de los nueve días siguientes al fallecimiento, en un lapso de tiempo conocido como los "novendiales".

¿Quién es el actual camarlengo y cómo fue elegido?

El cargo de camarlengo lo ocupa actualmente el cardenal Kevin Farrell, quien fue designado por el papa Francisco en 2019, tras el fallecimiento de su antecesor Jean-Louis Tauran, el primer camarlengo designado por Francisco, quién asumió el lugar en 2014.

El cardenal Kevin Farrell, el camarlengo designado por Francisco en 2019.

Durante la sede vacante, Farrell no puede tomar decisiones doctrinales ni realizar cambios significativos en la Iglesia, ya que su rol se limita a la administración ordinaria del Vaticano y la organización del cónclave que elegirá al próximo pontífice.

¿Quién gobierna la Iglesia en este período?

Mientras la sede está vacante, “es el Colegio Cardenalicio el que asume algunas responsabilidades políticas, aunque su poder es limitado”, agregó la fuente. Su principal función es “convocar y preparar el cónclave”, el evento en el que los cardenales menores de 80 años votarán para elegir al nuevo Papa.

El decano del Colegio Cardenalicio, actualmente el cardenal Giovanni Battista Re, es quien lidera las reuniones preliminares conocidas como "Congregaciones Generales", donde se establecen los lineamientos del cónclave.

En tanto, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, que hasta el momento era el "número dos" del Papa, pierde gran parte de sus atribuciones políticas y diplomáticas durante este período, dado que formó parte “del equipo del Papa anterior”. No obstante, mantiene su papel en la administración de la diplomacia vaticana hasta la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Pietro Parolin, el cardenal "número dos" de Bergoglio.

Decisiones que puede y no puede tomar el camarlengo

Durante la sede vacante, la Iglesia sigue funcionando, pero bajo normas estrictas que impiden cualquier cambio significativo. El camarlengo puede autorizar gastos y garantizar el mantenimiento de las operaciones del Vaticano, pero no puede aprobar reformas, designar nuevos cardenales o modificar normas eclesiásticas.

El cónclave debe celebrarse dentro de un plazo mínimo de 15 y máximo de 20 días tras la muerte del Papa. Durante este tiempo, los cardenales discuten sobre el perfil del futuro líder de la Iglesia y votan hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Mientras tanto, los fieles católicos de todo el mundo permanecen atentos a las novedades y rezan por la elección del nuevo sucesor de San Pedro.

La muerte de Francisco marca un momento histórico de transición en la Iglesia Católica, y un vacío para el sector reformista de la Iglesia. Durante el tiempo que transcurra hasta la elección de su sucesor, el Vaticano seguirá bajo la dirección provisional del camarlengo y el Colegio Cardenalicio, asegurando la estabilidad de la institución.